viernes, 18 de octubre de 2013

El aterrizaje a la realidad


El aterrizaje a la realidad

 

Desde muy temprano, y con entusiasmo, fueron llegando a la Casa del Campesino, en el cantón de Pujilí, en el corazón mismo de la cordillera andina, los delegados de los diferentes pueblos originarios de Abya Yala. Llegan de las diferentes parroquias de la diócesis de Latacunga, en las cuales cientos de familias se ofrecieron generosamente a hospedarlos.

 

La tercera jornada del VII Encuentro Continental de Teología India lleva el significativo título de SHUK MAKILLA, un mismo actuar. Se trata de concretizar los resultados de los trabajos del Encuentro en compromisos concretos que los participantes puedan comunicar y poner en acción en sus comunidades de origen.

 

Se dio inicio con el momento de oración, dirigido en esta jornada por el equipo de la CLAI (Confederación de Iglesias de América Latina). Resonó en el recinto el canto nicaragüense “Vos sos el Dios de los pobres” que recordó a toda la asamblea la convicción que comparten de que Dios es compañero de camino para los pueblos y no un ser lejano e indiferente.

 

La presencia de la CLAI proporciona al VII Encuentro Continental de Teología India su cariz ecuménico. Los delegados de las CLAI, aproximadamente dos docenas, provienen de distintas iglesias evangélicas que trabajan de cerca en el acompañamiento pastoral de los pueblos indígenas de muchos países. Con apertura de espíritu, comparten en este Encuentro con cientos de católicos y católicas que desempeñan labores pastorales similares y participan en un diálogo respetuoso, que privilegia los puntos de unidad sobre aquellos de conflicto. Muchos de los delegados y delegadas de la CLAI vienen a esta asamblea apenas después de haber terminado su II Encuentro Continental de Teólogas Indígenas de Abya Yala, que tuvo lugar en Quito del 12 al 14 de octubre y cuyo pronunciamiento final compartieron con toda la asamblea. El aporte de la CLAI a este Encuentro, desde la doble tradición indígena y cristiana evangélica, es invaluable.

 

Los trabajos de esta tercera jornada del Encuentro partieron de dos preguntas: ¿Qué estamos haciendo para eliminar las amenazas y apoyar lo que favorece el Buen Vivir? ¿Qué podríamos hacer para aportar, desde el Buen Vivir de nuestros pueblos, a un futuro diferente para toda la humanidad y la creación entera?

 

En la reunión plenaria se recogieron los frutos de los trabajos grupales. Se expusieron, como granos de un gigantesco maíz, los compromisos de las diferentes regiones: fortalecimiento de la resistencia frente a los megaproyectos que favorecen a las grandes empresas y devastan los territorios indígenas; la defensa de los territorios indígenas; favorecer cambios sociales y legislativos que reconozcan los derechos de los pueblos; confrontar a las autoridades religiosas (jerarquías católicas y evangélicas) para motivar un compromiso mayor con las etnias; apoyar la autogestión y fortalecer todos los espacios de autonomía de nuestros pueblos como respuesta al avasallamiento de los Estados nacionales; combatir la utilización de la cosmovisión de nuestros pueblos y su manipulación de parte de los gobiernos para justificar sus proyectos políticos; apoyar todas las luchas indígenas; realizar encuentros de los sabios indígenas con las nuevas generaciones; fortalecer el sentido comunitario en nuestros pueblos, avasallados también por la ideología individualista.

 

Para iluminar y apoyar las reflexiones planteadas en la reunión plenaria, compartieron su palabra Isabel Casilla, del Perú y Sara Sales Casinda de Brasil, ambas teólogas de la CLAI, que refirieron una reinterpretación de los mitos que animan las luchas indígenas por hacer posible la convivencia igualitaria y fraterna que desafía la dictadura del mercado a la que el mundo de hoy está sometido. Los pueblos indígenas están llamados a compartir la sabiduría comunitaria que brota de sus cántaros ancestrales… ¿será esto posible?, terminó preguntándose.

 

Dijo también su palabra Atilano Ceballos Loeza, de la región maya peninsular de México. Una palabra incompleta, dijo, que tendrá que completarse en las comunidades. Compartió que la agricultura nos ha enseñado que la muerte no es del todo cierta, porque de una semilla muerta brota, retoña la vida. Subrayó el aporte que la agricultura ecológica ofrece para hacer realidad el amor a la Madre Tierra y la importancia del cultivo de la espiritualidad para dar fuerza a nuestros pueblos. En una simbiosis entre tradición indígena y tradición cristiana, Atilano llenó de símbolos el altar para agradecer a Dios haber hecho de los pueblos indios los guardianes de los ritmos de la naturaleza y de la cultura de la vida.

 

La tercera jornada concluyó con una magna celebración ecuménica de la Eucaristía, presidida por el obispo de Latacunga, diócesis anfitriona del evento. El día de mañana, el último de este VII Encuentro Continental de Teología India, será para amarrar las últimas conclusiones del Encuentro, recoger los compromisos, condensar el Pronunciamiento Final y emprender el camino de regreso. Los delegados y delegadas volverán a sus pueblos y, quizá, se abrirá una nueva página, una de las muchas que vienen, en el libro vital de los pueblos indios de Abya Yala.

 

 

 

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