"% Encuentro Continental de Teología India,
Pujilí Ecuador
Nuestra Hora
Es tarde
pero es nuestra hora.
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer el futuro.
Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.
Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.
Pedro
Casaldáliga
Pido permiso a la Asamblea para compartir este manojo de palabras,
que en realidad no son mías, son un eco lejanísimo quizá, de quien dijo ser la
Palabra hecha Carne[1] y que me
ha sido trasmitida a través de la fe y compromiso de nuestros pueblos amerindios.
Este manojo de palabras intenta responder al SHUK
MAKILLA (Un
mismo actuar), ya que busca proponer compromisos para favorecer la construcción
de un futuro diferente; pretende vislumbrar los aportes más valiosos de
nuestros pueblos indígenas para la construcción de un futuro posible, uno más
humano y fraterno, más armónico y lleno de vida para todas y todos. Este manojo
de palabras floridas intenta responder a la pregunta: ¿Cuáles son las flores y
los frutos que aportan, desde la fe y la cultura, las comunidades indígenas del
Continente para una nueva humanidad?
En el lenguaje y en el
pensamiento (cosmovisión) del pueblo maya, el número 20 hace referencia a la
persona completa y cabal; alude a los 20 dedos de nuestras extremidades. La
ofrenda que iré colocando en este Altar, no es algo personal sino comunitario;
estos aportes vienen de lejos, de muchísimos años atrás. Solamente he ido
recogiendo de aquí y de allá, vivencia y testimonio, y la deposito como ofrenda
de nuestros pueblos amerindios para cultivar el futuro.
Aunque iré colocando una a una
las ofrendas y cada una de ellas alude a un dedo, sin embargo estas ofrendas no
están aisladas sino interconectadas[2] y
en perfecta armonía una con otras. Todas están entretejidas y en su conjunto forman
una sola ofrenda. Seguramente habría otras o bien pudiéramos nombrarla de otro
modo. Este trabajo es entonces incompleto y seguramente, a través de nuestras
experiencias y desde nuestras naciones originarias bien pudiéramos completarla.
Estas son las ofrendas que desde
Amerindia, estamos aportando:
❶ Unidad (Visión integradora de la vida… y de la muerte)
Para
nuestros pueblos amerindios no existe Vida sin Muerte y viceversa. Ambas
caminan juntas, muy pegaditas una de otra. La agricultura nos enseñó que no es
del todo cierto eso de la muerte, que la semilla depositada en la fecunda Madre
Tierra, despunta para dar vida. Nuestras naciones originarias son testimonio
viviente de la pascua. Así lo cuentan las abuelas y abuelos Kichés: “después que habían vencido a todos los de
Xibalbá, ascendieron para acá, en medio de la claridad. De inmediato
ascendieron al Cielo: uno fue el Sol, y el otro fue la Luna. Entonces se
iluminó la bóveda del Cielo, la faz de la Tierra, en el Cielo se establecieron.
Luego subieron los cuatrocientos muchachos muertos por Sipakna. En sus
compañeros se convirtieron; en estrellas del Cielo se volvieron”[3]. Así lo señala Marcos
uno de los líderes del pueblo Xucurú de Pernambuco, después de que asesinaron a su padre Xicao: “Nosotros no enterramos a nuestros muertos, los sembramos, para que
retoñen con más fuerza…”.
Continúa recibiendo
Buen Padre Inti… nuestra vida y nuestra muerte (aunque muchísimas de ellas sean
anticipadas); ésta ha sido nuestra ofrenda a lo largo de los siglos…(Ofrenda: 6 Velas)
❷ Culto a la Madre Tierra
Cultivar
la Madre Tierra es rendirle culto, honrarla. La agricultura de nuestros pueblos
amerindios fue y sigue siendo sorprendente, y es uno de sus aportes más
originales para la construcción de futuro. Hermosas y productivas terrazas en
empinadas laderas nos han heredado los pueblos Incas. Una sorprendente ingeniería
hídrica nos heredaron las abuelas y abuelos mayas. Hermosísimas Chinampas,
Milpas, K’anches (producción de hortalizas en camas altas de madera) son un
legado ancestral, lleno de sabiduría y respeto a la Madre Tierra. “Los mesoamericanos no sembramos maíz, los
mesoamericanos hacemos milpa. Y son cosas distintas porque el maíz es una
planta y la milpa un modo de vida. La milpa es matriz de la civilización
mesoamericana”[4]. Seguir cultivando la Milpa
es seguir haciendo cultura y por consiguiente: seguir dando culto. Numerosas
divinidades en nuestra amerindia están vinculadas con la agricultura y en
algunos casos la religión católica ha heredado esa matriz (San Juan Bautista,
Fiesta de la Candelaria relacionada con el inicio de las siembras, etc). Por toda
nuestra geografía de Abya-Yala las comunidades están asumiendo trabajos
agroecológicos[5], como una manera nueva de
rendir culto a nuestra Madre Tierra, aun cuando sufran persecución y muerte. La
imperiosa propuesta de promulgar los Derechos de la Madre Tierra tiene su
origen y su cuna en estas latitudes.
Na Luum, Pachamama
recibe nuestra ofrenda, regada con sudor y sangre…
(Ofrenda: tierra)
❸ Espiritualidad como fuerza para resistir activamente
Yo te alabo Padre y Madre, Señor y Señora del Cielo
y de la Tierra, porque, ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y la
revelaste a la gente sencilla[6].
De este modo queda manifiesto la manera de vivir al Dios de la Vida, por
nuestros pueblos amerindios; experiencia que han cultivado desde que se
asentaron en este vasto territorio continental. Para los pueblos
mesoamericanos, así como en los pueblos andinos todo tiene vida: el agua, las
piedras, los animales, etc. Por consiguiente toda la vida con sus mil formas y
colores, las que vemos y aun las que no alcanzamos a mirar, merecen respeto.
Los abuelos y abuelas nos enseñaron que cuando se necesita cortar un árbol, por
ejemplo, se le pide permiso y se hace ofrenda ya que es un ser vivo.
La espiritualidad de nuestros
pueblos amerindios permite superar la visión fragmentada de la realidad que se nos
ha impuesto desde Occidente, porque la espiritualidad indígena tiene una
dimensión cósmica, integral e integradora, todo está interconectado. La recia espiritualidad
indígena se expresa en el Buen Vivir (Sumak Kawsay) que busca una vida feliz
con interrelaciones en sintonía con el cosmos. Hay una estrecha vinculación
entre espiritualidad, sabiduría, política y las intuiciones del corazón. Estas
dimensiones, hasta ahora ignoradas por los movimientos sociales, deben
incorporarse en la lucha por la transformación de la sociedad, para lograr una
ética política distinta[7].
Desde la espiritualidad de las naciones originarias se logra superar el
antropocentrismo[8], ya que el Sumak Kawsay o
Buen Vivir fundamenta la dimensión socio-política de la espiritualidad
indígena. La espiritualidad está en la vida.
Esta recia espiritualidad se refleja
en las luchas emprendidas por los hermanos y hermanas de la Nación Mapuche, que
a principios de este año señalaban desde el Cerro Ñielol: “El Pueblo Mapuche ha desarrollado su cultura milenaria en el
Wallmapuche - Territorio Mapuche, en donde se construyeron normas que ordenaban
la convivencia entre Mapuche basadas en el Ad Mogen y Nor Mogen, la
espiritualidad y la convivencia armónica con la naturaleza. Esta situación fue
quebrantada con la intervención hispana”[9].
Así también lo ha dicho nuestra
sabia y abuela Vicenta Mamani: “Seguimos
resistiendo callados, unos trabajando duro en la casa y en el campo, otros en
las calles protestando, haciendo huelgas, paros, bloqueos de caminos, es una
prueba de resistencia. Nos acompañan mucho los guías espirituales. Y nos
acompaña la esperanza, que nos da fuerza, porque soñamos que algún día
lograremos el Suma Kamay, es decir, llegar a la Loma Santa,
que soñaron los antepasados. Vivir en equilibrio, en armonía con las divinidades,
con los protectores, con todos los seres vivos”.
Corazón del Cielo,
Corazón de la Tierra: Dígnate recibir el espíritu de esta Wipalla que ondea
desde siglos atrás entre las hermanas/os de la región andina y en todas las
naciones originarias. Es nuestra ofrenda. (Ofrenda:
Wipalla)
❹ Teología y Sabiduría
Los
pueblos y naciones originarias aportamos sabiduría para vivir, convivir y sobrevivir
con la Madre Tierra. Esta sabiduría nos viene de lejos, de las abuelas y
abuelos, de nuestros difuntos, del Sagrado Monte y de las Sagradas Aguas. Podemos
decir con toda certeza que la sabiduría de nuestras comunidades amerindias, se
basa en un profundo respeto y aprendizaje de la sabiduría de la Naturaleza[10]. Se
trata de una sabiduría milenaria, aprendida y experimentada por siglos y
trasmitida de madres y padres a hijas e hijos. La Naturaleza ha sido para
nuestros pueblos, verdadera Madre y Maestra: “De los topos, aprendimos a hacer túneles. De los castores, aprendimos
a hacer diques. De los pájaros, aprendimos a hacer casas. De las arañas,
aprendimos a tejer. Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda.
Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave. Del viento, aprendimos
la vela.”[11]
No se trata de conocimientos adquiridos en las aulas de clases, sino más
bien de posibilitar modos de vida más sostenibles y respetuosos con todo lo que
nos rodea. “Nuestra sabiduría es diferente. Nuestro conocimiento es un
conocimiento distinto. Es la sabiduría de nuestros espíritus chamánicos, de la
Tierra, que es muy importante para la supervivencia de la humanidad”,
afirma David Kopenawa, chamán yanomami. “Nuestros chamanes saben que nuestro
planeta está cambiando. Conocemos la salud de la Amazonía. Sabemos que es
peligroso abusar de la naturaleza y que cuando se destruye la selva, se cortan
las arterias del futuro y la fuerza del mundo se evapora” precisa Kopenawa.
Todo lo que hemos hecho y aprendido en nuestros pueblos originarios, lo hemos ido
aprendiendo de la Naturaleza, imitándola con todos sus brillantes colores,
ritmos y cadencia. “En el campo hay
tantos conocimientos como en las universidades, únicamente que son diferentes”[12]
En 1524, un puñado de
franciscanos llamó Teología al idioma de los aztecas: “Aprendemos la teología que de todo punto ignoró San Agustín”, a lo
cual Jerónimo de Mendieta aclara: “llamando
teología a la lengua de los indios…”[13].
Nuestros pueblos han cultivado su propia teología (aunque nunca le llamaron de
ese modo) y su particular modo de relacionarse con lo divino, y merece respeto.
Cuando la sabiduría milenaria se
entreteje con nuestra fe cristiana se convierte en verdadera teología, ya que ésta la hace la comunidad[14]
de creyentes empobrecidos que vivimos en este territorio, entonces podemos y
debemos hablar de una teología Mapuche, Guaraní, Maya, Kikché, etc.
Esta Eco-Teología, como le
llamaba j’Tatic Samuel, es cósmica, universal y escatológica, porque siempre
piensa en la posibilidad de un mañana, superando el aquí y el ahora. Pero ese
vino nuevo requiere de odres nuevos: “El
Concilio Ecuménico Vaticano II sigue impulsando con su espíritu el trabajo y
largo caminar hacia la constitución de una iglesia o iglesias autóctonas, donde
los valores evangélicos se encarnen en la cultura”[15].
Esta verdadera Teología y verdadera
Sabiduría es nuestra ofrenda al mundo.
Señor Jesucristo,
que te encarnaste en un pueblo y en una cultura, te ofrecemos humildemente estas
jícaras, símbolo de la fe y la sabiduría, de la cual han bebido nuestros
pueblos indígenas, tus hijas e hijos predilectos. Símbolo de lo que nos falta
por aprender y saborear de la Madre Naturaleza.
(Ofrenda: Jícaras)
❺ Lengua y cosmovisión
Somos pueblos y naciones
originarias con idiomas que hablamos desde hace muchos, pero muchos años. El
idioma y nuestras lenguas indoamericanas están llenas de expresiones sonoras y
vistoso colorido, son como el Arco Iris que surca de un extremo al otro nuestra
geografía latinoamericana. Están llenas de imágenes, de gestos, símbolos, de
música y danza, hablamos con todo nuestro cuerpo, no de manera abstracta, sino
muy concreta. Usando y desarrollando nuestros idiomas ancestrales acrecentamos
nuestros saberes[16] y se fortalece nuestra
identidad. Nos acercan y nos distinguen de las otras culturas. En lengua
Guaraní por ejemplo, se tiene nombre para cada tipo de Tierra: la Montaña donde
caza, la roca donde planta y la aldea donde se vive[17]. Lo
mismo sucede entre los aymaras cuando se dice Pachamama se hace referencia a la
unión de las fuerzas de arriba con las de abajo. Frente al colonialismo
monolinguístico, nuestros pueblos siguen empeñados en comunicarse a través de
la diversidad de idiomas, lenguas y formas de plantarse en la vida. ¡Eso es la
descolonización lingüística! La diversidad de lenguas e idiomas son una
bendición para el mundo y una forma de entender y hablar con el Dios de la Vida
en guaraní, en mopan, quichua, quechua, aymara. El desastre de Babel no es la
multiplicidad de idiomas, sino la incapacidad de entender al Dios de la Vida[18];
en Pentecostés cada una y uno de los presentes entendió en su propio idioma[19],
aun cuando el texto señala que los presentes procedían de diversas regiones y
hablaban distintos idiomas. Parece mentira, pero a pesar de tanta prohibición
se sigue hablando distintas y diversas lenguas en Abya-Yala; la lengua de los
vencidos sigue sonando rica y sonora; todavía falta que se incorporen en los
tribunales nuestras lenguas, para los juicios.
El neoliberalismo atenta contra
nuestra cosmovisión, termina con la soberanía de los pueblos, criminaliza las
luchas y la protesta social; desencadena feminicidio étnico, exclusión social y
violencia racista[20].
Somos pueblos caminantes, es más: somos pueblos porque migramos hasta
asentarnos en los sitios donde hoy vivimos.
Aquí están tus
flores Vira Kocha… son para ustedes Huacas. (Ofrenda:
flores)
❻ Ciclos de la Vida o Bio-ritmos
Le
podremos llamar de mil maneras: música, danza ritual, tambores, caracoles,
silbidos y tantas otras maneras de nombrarlas, pero los pueblos y las naciones
originarias llevamos y vivimos el ritmo de la Madre Tierra y de la Vida en
general. Los Yanomami se trasforman en coloridos pájaros que en sinuoso vuelo
se mezclan con el aire, la floresta, los ríos y todo lo que vibra sobre la faz
de la Tierra. Las primeras abuelas y abuelos de nuestros pueblos mayenses
bailaron la danza de la comadreja, la danza del pujuy, la danza del armadillo. Aquí
mismo en Pujilí el Sacerdote de la Lluvia Tushug danza con alegría por la
cosecha del maíz. Y ésta es nuestra preciosa ofrenda para el mundo de hoy. La
actual es una sociedad violenta, que no respeta los ritmos y la cadencia o los
ciclos de la vida, sino que más bien quiere violentarlos[21]. Es
urgente regresar a los ritmos de la naturaleza, bailar con ella dejándonos
llevar por su cadencia. Somos hijas e hijos del tiempo y de la naturaleza; la
Biblia dice que fuimos hechos de humus
(tierra fecunda), los abuelos mayas que venimos del maíz, y numerosos pueblos originarios de Colombia dicen que nuestra
procedencia es de la yuca y otros
hermanos nuestros, que venimos de los
mares. Para el Libro Sagrado del Chilam Balam venimos también de las abejas[22].
Y vaya que hay evidencia de ello en nuestro cuerpo: nuestras lágrimas y sudores
nos recuerdan que venimos del mar; generamos pequeñas partículas de cera. Los
que estudian estas cosas nos han revelado que a algunos de estos bio-ritmos le
han denominado resonancia Schumann, que es como el latido del corazón de la
Tierra, como su marca pasos, que equilibra todas las relaciones que la vida
tiene y mantiene[23]. Los pueblos milenarios
de estas tierras somos los guardianes de los ciclos de Mama Luna y del Padre Inti,
de las estrellas y de las estaciones que nos marcan los días cortos y los días
largos, las noches breves y las noches prolongadas. Guardamos la música y el
canto en nuestro interior, aunque en 1614, el arzobispo de Lima haya mandado
incendiar todas las quenas y demás instrumentos de música de los indios, y prohibió
todas sus danzas y cantos y ceremonias[24]. El
Tiempo y la Vida son como una rueda de carreta que gira y gira, y después de
recorrer su ciclo, regresa de nuevo; por eso se dice entre los pueblos mayenses
y también entre los kichuas del Ecuador, que el futuro se mira por detrás o que
el futuro está en cierto modo, en el pasado.
(Alguien que haga sonar la Quena)
Te ofrendamos Oh Padre y Madre el melodioso sonido de la Flauta de la cual
brotan ritmos y melodías que nos enseñen a caminar y a vivir de acuerdo a la
naturaleza; a ser heraldos y pregoneros de Pachakuti[25] (Ofrenda: música de Quena o flauta)
❼ Cultura de Vida o Conciencia crítica
Uno de los grandes aportes que
estamos haciendo desde nuestras comunidades Mayas,
Quechuas, Aymaras, Kichuas, Warao, Náhuatl, Mapuche, Zapoteco, Guaraní,
Totonaco, Kuna, Lenkas, Huitotos, Emberá, Avá Guaraní, Guaraní Mbya, Huarpe
Milcayac, Kaingang, Naza, Yanomami, Qom, Meepha o Tlapaneco, y tantas y tantas
otras comunidades asentadas en los 4 puntos de nuestra Amerindia, es la crítica
al sistema neoliberal dominante. Los pueblos originarios tenemos una cultura de
vida, no de muerte. Decrecimiento, des-urbanización, des-colonización, des-aprender
es el grito que ondea desde todos los rincones de nuestra Matria-Patria Grande,
como estandarte para nuestras luchas y aspiraciones. En estos últimos meses un puñado de Obispos
Eméritos también nos invitan a des-occidentalizar[26]
nuestros ritos eclesiales.
Desde la antigua Tenochtitlan se
oye el sonoro eco estudiantil: ¡El 2 de Octubre no se olvida!. Y desde
Cochabamba ruge con fuerza: ¡2 de Agosto: día contra el imperialismo y contra
el capitalismo!, o el ¡12 de Octubre Día de la Resistencia Indígena! Aquí mismo
en Ecuador, aún se puede escuchar con toda claridad el vibrante eco del Yasuní gritando:
“Preferimos Naturaleza, que los derivados
del petróleo”.
Clamamos, junto con otras y otros
hermanos y hermanas el derecho a la educación indígena bilingüe y bicultural
que asegura el respeto a nuestra identidad, que promueve su conciencia, su
organización y la defensa de sus
derechos, que los lleva a vivir libremente y dinamiza su protagonismo
histórico. A muchos sectores de nuestras iglesias[27] les
cuesta trabajo aceptar ministerios y servicios autóctonos y milenarios,
cultivados en nuestras comunidades.
El hecho mismo de vivir, a pesar
de todo, en las comunidades rurales, en el campo y la floresta, cerca de los ríos
y los mares, de los cenotes y las montañas, es una manera de decir: ésta en
nuestra opción de vida[28].
La des-urbanización es el punto clave para la vuelta a una escala más humana y
sostenible. “El crecimiento urbano es una
de las amenazas más graves al equilibrio social y ecológico”[29].
Va como ofrenda
este copal y este incienso… (Ofrenda: incienso)
❽ Sencillez y simplicidad
Quizá sea este uno de los
principales aportes de los pueblos y naciones originarias de estas tierras. Impulsar
el decrecimiento (de la economía, de la explotación irracional de los recursos
naturales y de las personas, etc.) como modo de resistencia y profetismo.
Algunos le han llamado desde occidente: altermundismo. Pero para los pueblos
originarios no es otra cosa sino Vivir Bien. El Pueblo Yaqui de Sonora, México
ha hecho sonar sus tambores tradicionales, llamando a la resistencia y a la
defensa del agua. La tribu Yaqui enfrenta la amenaza más grande contra su existencia
como pueblo en los últimos tiempos: el despojo de las aguas que les da
sustento, tanto económico como cultural, debido al megaproyecto que el gobierno
estatal intenta imponer pese a las resoluciones judiciales en su contra,
apoyado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. “El río es parte estructural de nuestra
vida”, señala Mario Luna, secretario de las autoridades tradicionales. Con
el robo del agua de la presa y el río “nos
están condenando a la muerte como pueblo”, denuncia Luna. Este grito
resuena también desde la Patagonia, concretamente en Aysén, donde el Obispo
Infanti de la Mora denuncia la burda mercantilización de la Sagrada Agua[30].
Vivir de manera sencilla, sin
lujos ni derroches, es un aporte profético de nuestros pueblos amerindios.
Sabernos parte del todo, nos educa en la sencillez y en la genuina humildad. En
la medida que las comunidades mantengamos más arraigo y cercanía con la Madre
Tierra, en esa medida será el grado de sencillez que se nos exija. Así lo
señala los jóvenes reunidos con el Papa Francisco –quien exige sobriedad para
la iglesia- en julio de este año: “Queremos
y necesitamos muy poco Santidad. Sólo queremos vivir con dignidad y paz en
nuestras tierras y territorios”. ¿Será mucho pedir?
Yum Chaac: Te
ofrendamos la hermana agua, limpia y sencilla… (Ofrenda: se rocía de agua el Altar)
❾ Los retoños (Nuestros jóvenes)
Desde
siempre hemos ofrendado a los jóvenes, muchachos y muchachas. Somos el futuro y
la raíz de la tierra, pero también somos retoño de aquellos árboles que han
cobijado nuestras luchas por años y años. América Latina es un continente
mayoritariamente joven. Somos el retoño de la rebeldía que sopla como aire
fresco sobre nuestras montañas y valles. Numerosos estudiantes chilenos nos lo
recuerdan; multitudes de jóvenes brasileños nos lo siguen diciendo día a día;
somos el grito inconforme ante tanta corrupción de las autoridades e
instituciones religiosas.
Recibe Corazón del
Cielo, Corazón de la Tierra esta preciosa ofrenda (2 jóvenes junto al altar)
❿ Luchas, sufrimientos y dolores
Los
pueblos y las comunidades indígenas del continente, ponemos trabajo, esfuerzo,
laboriosidad, especialmente en la temporada de siembras en nuestros territorios,
pero junto a tanto esfuerzo, la sociedad neoliberal pone contaminación y
depredación. Frente a los fenómenos naturales podemos hacer algo, porque somos
solidarios, pero frente a la inconciencia de la sociedad postmoderna, que trastoca
todo y coloca a las personas y a la Madre Tierra ‘patas arriba’, ahí no podemos
menos que luchar. En muchos casos hemos sido beligerantes y ¡seguiremos
siéndolo!
Por toda América Latina, las
hijas e hijos de estas tierras miramos con dolor la minería a cielo abierto,
que solamente ha traído contaminación, muerte para la naturaleza y para
nuestras hermanas y hermanos más pobres; enormes riquezas para las
multinacionales y una que otra migaja de riqueza para los gobiernos corruptos.
Guatemala sufre las consecuencias de la minería; a lo largo de toda la
cordillera de los Andes se está asentando mega minerías; y así de un extremo a
otro de nuestra Patria Grande de Abya-Yala carcomen nuestra tierra, nuestro
territorio y nuestro destino.
Nuestro corazón queda muy triste
cuando ve a miles de compatriotas de Abya-Yala encaramarse en La Bestia[31],
huyendo de la falta de trabajo, salario y una vida digna; los sucesivos
imperios, que llegan a nuestra tierra como nuevos conquistadores apoyados por
los malos gobiernos, manifiestan la misma codicia de los primeros
conquistadores. América Latina es una tierra que lleva sobre sus espaldas tanto
dolor, acumulado por siglos…
Hoy también
ofrendamos (una camiseta rota
y sucia se coloca en el altar)
nuestros dolores, sufrimientos y lágrimas derramadas por toda la geografía
continental, como la incansable lucha por defender su Territorio de los
hermanos/as de Montes Azules, México; la Amazonía toda; el dolor y sufrimiento
del pueblo Xinka de la montaña de Xalapán y Santa Rosa en Guatemala!
⓫ Nuestras ceremonias
Con
ellos agradecemos y reconocemos a Dios como Madre-Padre, autor de la Vida, pero
además esas ceremonias nos hacen ser pueblo, generan nuestras esperanzas y
alegrías. Cuando masticamos la sagrada hoja de Coca, o bebemos el mate o el
balché, esos sabores nos religan a nuestros difuntos y a nuestros árboles
sagrados. Cuando nos pintamos el cuerpo nos hacemos más visibles a Mamá-Papá.
Por eso hemos sido, somos y seremos sus guardianes. Nuestras ceremonias y
celebraciones comunitarias nos recuerdan los ciclos de la vida y el respeto que
le debemos a ello.
Te depositamos
nuestra sagrada bebida como ofrenda… (una persona va derramando balché en
torno al altar)… bebe de ella para que
nos sigas alimentando en nuestras luchas. ¡Para Ti es la Chicha y el Balché! (Ofrenda: balché o miel)
⓬ Nuestras abuelas y abuelos
Absolutamente
todos nuestros pueblos amerindios reconocemos el valor de las abuelas y abuelos.
Ya nos lo dijo Vicenta Mamani Bernabé con sabias palabras: “En mi tierra se aprecia muchísimo a los
ancianos, se les considera memoria de la comunidad”. Nuestro libro sagrado,
el Popol Wuj nos presenta las virtudes y desafíos que las abuelas y abuelos son
capaces de realizar con tal de que despunte la aurora para nuestros pueblos de
Abya-Yala. Ellas y ellos son como la abeja guardiana que cuida y defiende la
colmena del tronco hueco. Son la luz crepitante de la hoguera, el fulgurante brillo
de las estrellas que nos señalan el camino a seguir, aún en medio de la
oscuridad. Sus palabras, gestos y testimonio siguen vivos en el corazón de
nuestros pueblos indígenas; por las hendiduras de sus rostros se puede
contemplar el paso liberador de nuestro Dios.
Nos comprometemos a valorar
nuestra cultura, nuestras oraciones, continuando los consejos de nuestras
ancianas y ancianos. Esta es nuestra
alma y nuestra fuerza.
Junto a la orilla
de este Altar te ofrendamos, Madre Tonanzín de Guadalupe la siembra de unas
matas de maíz y este manojo de hojas de sagrada Coca, ésta será nuestra señal
de resurrección.
⓭ Memoria
Los
pueblos y naciones originarias de estas tierras somos la memoria de ella. Hemos
aprendido a contar y trasmitir los dolores y sufrimientos de generación en
generación. La vida y sus quehaceres cotidianos son un continuo aprendizaje para nuestros pueblos;
en cierta manera aprendimos a cultivar la memoria como aprendimos a cultivar
nuestros alimentos. Pero no sólo las luchas y aspiraciones, sino todo,
absolutamente todo es memoria: comidas, defensa de la tierra y el territorio,
culto a los difuntos, altares, olores, sabores, caudillos y caudillas, nombre
de nuestros pueblos, pozos y lugares sagrados como los ríos y la loma santa, las
formas de cultivo y de selección de semillas, todo, absolutamente todo es
memoria. En realidad, las naciones originarias somos la memoria que camina en
esta amada tierra. ¡Nuestros pueblos de Abya-Yala somos la memoria que incita a
la rebeldía! Porque sabemos de nuestro pasado glorioso como pueblos originarios,
por eso no nos acostumbraremos nunca a vivir doblegados, de rodillas,
humillados y postrados. Aunque los conquistadores nos impusieron amnesia y
olvido, nuestros pueblos siempre han encontrado rendijas para la memoria tanto
del pasado como del presente (los numerosos Museos de la Memoria en el
Continente, o bien el Informe ‘Guatemala: Nunca más, o la recuperación de la Memoria
Histórica en Guatemala).
Tupa, Tamacco,
Kanobo creador de las aguas y las florestas te ofrendamos esta Biblia y este
Libro indígena, que para nuestros pueblos son sagrados y nos ayudan a
recordar, a no olvidar. Lo ponemos como ofrenda en el Altar de la Vida.
Desde
hace miles de años, nuestros pueblos amerindios han manifestado respeto y
veneración por las Montañas y los Valles, por los Sagrados Ríos y los Mares;
por las aves del cielo y los peces del mar. Nuestro culto a la Naturaleza no es
cosa de ahora, sino de siglos de estar conviviendo con ella; de la Naturaleza
obtenemos todo para nuestra vida: el alimento, las paredes y el techo de nuestras
casas, los instrumentos de cacería y los instrumentos musicales, así como los
de la cocina, la leña para cocinar y todo, absolutamente todo para vivir. De
ella hemos aprendido a vivir y sobrevivir. Desde hace unos pocos años,
aproximadamente unos 50 o 60, a esta vivencia sacramental de nuestros pueblos
originarios, le llaman los estudiosos: ecología. Pero lo nuestro, es mucho más
que un simple cuidado, nuestro compromiso va más allá, mucho más allá de la
ecología como ciencia. Con cuanta pasión lo señalaron nuestros hermanos/as
pieles rojas cuando dijeron: “Nuestros
muertos nunca olvidan esta maravillosa Tierra, pues es la Madre del Piel Roja.
Cada parte de esta Tierra es Sagrada para mi pueblo, Las olorosas flores son
nuestras hermanas, el ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros
hermanos. Las rocosas alturas, las suaves praderas, el cuerpo ardoroso del
potro y del hombre, todos pertenecen a la misma familia. El agua cristalina,
que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros
antepasados”.
En épocas más recientes Bolivia
ha ofrendado dolor y sufrimiento por hacer que la Sagrada Agua sea un Derecho
Humano y no una mercancía. Tenemos experiencia en gobernar y aplicar la
justicia; hay formas diferentes para elegir a nuestras autoridades y se pueda
desempeñar este servicio apegado a nuestras tradiciones. Los consensos, la
mayordomía, las asambleas son formas más ancestrales de organizarnos
socialmente, que las cada vez más frágiles y cuestionadas democracias, que son
ninguneadas por el Mercado, las Multinacionales y el dios dinero.
Los estados nacionales de hoy
deben reconocer, que la existencia, y en muchos casos la sobrevivencia de
nuestros pueblos plurinacionales, han permitido la preservación de lo poco que
queda de biodiversidad y conocimientos en nuestro continente.
Paba/Ankoré:
Creador y Formador de la Tierra, de todo lo que se mece, se mueve, vive y
reposa sobre nuestra Madre Tierra…concédenos saber ser buenos guardianes y
cuidadoras/es tuyos. (un bordado).
⓯ Mitos
Aportamos nuestros mitos, porque con ellos
aprendemos a ser pueblo, a tener identidad e historia, de
ese modo nos sentimos parte de la Madre Tierra; ¡nosotros somos de ella! ¡le
pertenecemos! Paba (Kuna)/Ankoré (Emberá) crean la Tierra como una niña y la
acompañan hasta que llegue a ser Madre fecunda. Paba y Ankoré nos regalan su
espíritu para cuidarla. Cultivamos Mitos de creación y origen, de iniciación,
de entronización como el espléndido mito de la Balsa de Muisca, que describe la
sucesión de un nuevo cacique Muisca y cómo éste tenía que llegar hasta el
centro del lago para arrojarse, y con él, todas las ofrendas de oro y metales
preciosos. Nuestros mitos de origen nos dan identidad y sentido a nuestra
existencia, y también a nuestras luchas y proyectos. Venimos de Tullan, nuestro
origen está en Chicomoztoc lugar de las 7 cuevas, es nuestro útero común; nuestros
mitos fraternizan a nuestros pueblos y naciones originarias y sus luchas.
¡Keti Ono Keti Eyé,
Pajaw, Sagrado Espíritu de Dios! te ofrendamos el tejido de nuestros mitos y
palabras que han orientado nuestros pasos, como nos orienta el Sol, la Luna y
las Estrellas. (ofrenda: un ceso
de bejuco)
⓰ Pensamiento indígena (Dualidad y complementariedad)
La
concepción, percepción y la aplicación del todo, como algo único y absoluto,
nos viene de las culturas ancestrales. El pensamiento sistémico hoy predomina
en el mundo y en la sociedad, pero quienes nos lo heredan son las abuelas y
abuelos de nuestras naciones originarias[32].
La dualidad se entiende no solo como complementariedad sino como totalidad. Es
la capacidad de mirar arriba y abajo, en ambos costados, al frente y detrás. La
tradición religiosa mesoamericana hilvana muchos binomios: inframundo-cielo,
femenino-masculino, oscuridad-luz, y otras muchas. Es algo muy propio de las
culturas milenarias. En Japón, por ejemplo se habla de Isanagi e Isasagui, el
Popol Wuj de los dos héroes gemelos Ixmucané e Ixbalnque, y entre los hermanos
y hermanas Mapuches está Xeg-Xeg y Kai-Kai. Durante muchos años se ha
polarizado la visión machista en detrimento de lo femenino: gobiernos,
ministros, autoridades, científicos, pastores, han contribuido, en cierta
forma, a lo que hoy tenemos, sin embargo falta reconocer y potencializar la
complementariedad.
Sagrada Madre Luna
y Sagrado Padre Sol, Ixmucané e Ixbalamqué, Xeg-Xeg y Kai-Kai, recibe el latido
de nuestro corazón para mirar a nuestro alrededor y no solo de un lado. (el latido del corazón)
⓱ Maternidad
Aun
cuando hay complementariedad, sin embargo, los pueblos originarios de Abya-Yala
hacen énfasis en lo femenino, de manera particular en la maternidad. En el
panteón religioso de nuestros pueblos siempre encontramos alguna o algunas
divinidades femeninas. Uno de los casos más representativos es Tonanzín entre
los nahuas, ella es nuestra verdadera Madre. Entre los Mayas están Ixchel e
Ixtab. En el plano social, numerosas mujeres han estado y están al frente de
las luchas por la defensa de la Madre Tierra. Incluso la referencia a la tierra
en los pueblos andinos, es un concepto femenino: Pachamama, o la Diosa Azteca
de la Tierra: Coatlicue. Nunca podré olvidar la valentía de Zenildea María de
Araujo quien al ser asesinado su esposo líder del pueblo Xucurú, le pide a su
hijo mantenerse al frente de la lucha por la defensa de su tierra. En el
pensamiento mayense las personas tenemos un lado masculino y otro femenino. Y
en estos últimos días Francisco nos pide trabajar más hasta elaborar una
teología profunda de la mujer y que en los lugares donde se toman las
decisiones importantes es necesario el genio femenino. ¿Sería suficiente ese
impulso? Creo que no.
Ofrendo este rebozo
símbolo de la feminidad, y ¿por qué no? de la sangre de las hermanas Mirabal,
que en la República Dominicana lucharon con entereza por la liberación de su
pueblo… ¡Y de la comandanta Ramona! y tantas y tantas mujeres de nuestra
América. ¡Ofrendemos nuestra feminidad! (Ofrenda:
rebozo)
⓲ Economía solidaria
Otro
de los aportes más sustanciales de nuestros pueblos de Abya-Yala es en lo
tangible y en los servicios comunitarios, previamente organizados cuya
conclusión siempre es común y festiva, sobre todo en el mundo del trabajo
comunitario y la ayuda mutua. Las Mingas y Fajinas, el Potiró y el Mutirao, el
Tekío y el Trueque, el cambio e intercambio de las semillas, de las labores
cotidianas. No en vano, las comunidades aborígenes utilizaban por moneda las plumas
de aves hermosísimas, las telas de algodón, las piedras y algunas semillas como
la del cacao. Este otro valor de la economía se da no solamente entre las
comunidades autóctonas de nuestra América, sino en todos los pueblos
milenarios. La desgarradora y no tan lejana experiencia del “corralito” entre
los hermanos/as argentinos suscitó el renacer de una economía solidaria y de
intercambio de bienes y servicios. Entre los productores orgánicos y
agroecológicos, de algunas regiones de Japón, está resurgiendo prácticas
milenarias de una nueva y a la vez ancestral economía, con monedas locales que
les sirve para obtener productos orgánicos entre ellos y ellas.
Aunque tuvimos El Dorado en estas
tierras de nuestra amerindia; Colombia resguarda con celo esas piezas de oro
macizo; aunque los invasores sustrajeron enormes cantidades de oro en Potosí y en
México; aunque Las Joyas del Pescador que emergieron en Veracruz y que datan
del Siglo XV nos dejan ver el talento de los joyeros mesoamericanos y de toda
nuestra amerindia, sin embargo, nuestros abuelos y abuelas nos heredaron una
economía más humana, solidaria y festiva. En donde la administración de la casa
(oikós) se realiza con parámetros
ecológicos favoreciendo la cooperación y no la competencia cruel y despiadada[33], puesto
que lo importante no es acumular, sino Vivir Bien (Sumak Kausay). Para el
pueblo Guaraní, por ejemplo el Tekoha
evocan no solo las relaciones económicas, sino las sociales y la organización
político-religioso[34];
la oikonomía indígena es integral e
integradora, tiene una carga ética. Algunos le llaman a este entramado
económico la mesa compartida[35] y
otros la oikonomía del Reino.[36]
Mama Luna, guía con
la claridad de tu luz, nuestros pasos hacía Xochitlálpan. Mantén firme nuestra
solidaria hermandad…recibe estas semillas de cacao como ofrenda y compromiso. (Ofrenda: cacao)
⓳ Mártires y martirio
Hemos
ofrendado, desde hace más de 500 años a nuestros mejores hombres y mujeres:
caudillos y caudillas, halach huiniqkes, mujeres y hombres verdaderos, del
pasado: Jacinto Can Ek, Tupac Katari, Pachacútec; sin olvidar a Hidalgo,
Bolivar, Morelos, así como a: Rutilio, Romero, Bartolina Sisa, Tupa’i, Chicão,
asesinado en 1998 por un hacendado. Y con ellas y ellos, su sangre derramada…
miles y miles de campesinos, indígenas anónimos y mujeres son violadas,
asaltadas y continuamente expulsadas de sus tierras y territorios. En las
últimas décadas, miles de mujeres nuestras han sido explotadas sexualmente, violadas,
vendidas, asesinadas… a las miles de cruces rosas de Tijuana, habría que
añadirle otras tantas de toda nuestra geografía india y mártir… Desde la
invasión extranjera no se ha dejado de practicar un etnocidio en todos los
rincones de Amerindia; muchas de estas situaciones se convierte en ‘Una Tragedia ocultada[37]’ por quienes
deciden qué se informa y qué no.
Con cuando acierto lo ha señalado
Dom Pedro Casaldáliga:
“La tierra
latinoamericana está empapada de sangre indígena, de sangre campesina y de
sangre pastoral”.
Junto al martirio de sus hijas e
hijos, está el martirio de nuestra Madre Tierra; árboles y ríos masacrados,
especies prácticamente extintas, montañas saqueadas, recursos hídricos y
minerales acaparados en complicidad por malos gobiernos; incansables ecocidios en
toda la geografía continental.
Si los sucesivos imperios han
arrasado con las hijas e hijos de estas tierras, ¿qué no harán con esta amada
tierra nuestra? ¿Cuánta sangre indígena más tendremos que derramar?
Katata, Ndiose,
Ontana…va como ofrenda la sangre de tantos hermanos y hermanas caídas y caídos (Ofrenda: una foto de Mons. Romero) por defender sus tierras, sus montes y sus lugares sagrados.
⓴ Nuestra Medicina
Hemos
aportado desde siempre nuestra particular manera de medicinarnos, a través de
las plantas, hojas, flores y tantos otros elementos que nos regala Pachamama.
Desde el antiguo territorio de la Araucanía y hasta la tierra Yaqui, nuestros machi (curanderos y curanderas) han
aprendido de sus mayores y de la vida misma, a mantenernos en equilibrio con el
monte y los vientos, con lo frío y lo cálido. Innumerables y coloridas plantas
con sus flores y frutos nos curan porque tenemos los mismos sustancias vitales
o aminoácidos[38] y minerales que nos dan
salud y vida. Todos los organismos vivos poseen el mismo alfabeto básico: 20
aminoácidos, convirtiéndonos de ese modo en parientes comunes. Sin embargo, las
grandes cadenas farmacéuticas nos siguen robando los principios activos que
nuestras abuelas y abuelos conocieron desde antiguo. Además, nuestra medicina
es de nosotros y desde nosotros, es endógena, esto es: vive y brota desde
nuestras culturas y su entorno (biodiversidad); de la Naturaleza obtenemos los
remedios para nuestra salud. Pero también nuestra medicina es comunitaria, no
es individualista ni mucho menos está relacionada con el negocio o el lucro. La
medicina nuestra es diferente.
Con cuanta sabiduría lo heredaron
los abuelos y abuelas Cakchiqueles: “Cuando
hicieron al hombre, de tierra lo fabricaron, y lo alimentaron de árboles, lo
alimentaron de hojas”[39]. Así
lo señalan también los Guarani Kaiowá: “Siempre
tuvimos nuestra propia salud. Pero sin la tierra, no tenemos todos los recursos
de la naturaleza, que mantuvieron siempre nuestra salud”.
Itanípuca-Ilanguipuca,
J’manojel, X’manojela, Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra, dador de la vida
y de la gracia, de la fuerza y de la salud, te agradecemos los que haces por
nosotros, tus hijas e hijos de estas tierras amerindias. (Ofrenda: medicina natural)
Este es nuestro manojo, ¡Florido
y Pascual!, nuestra ofrenda como naciones originarias, para seguir transitando
de la muerte a la vida, y contribuir así, a la reconstrucción de una Tierra más
justa y verdadera; un Mundo que tenga Vida plena y abundante[40],
y seguir encaminando nuestros pasos hacia la Loma Santa, la Suma Kamay.
Pido disculpas y permítanme
concluir haciendo un parangón de este momento crucial de la historia que atraviesan
nuestros pueblos y naciones originarias con el martirio de San Pionio de
Esmirna, acaecido el 12 de marzo del año 250.
Celebrando el aniversario del martirio
de San Policarpo, se descargó contra Pionio, Sabina, Asclepíades, Macedonia y
Lemo la furia de la persecución. El día de su martirio, muy de madrugada
compartieron la oración y gustaron del pan consagrado y del agua. Con sogas al
cuello fueron llevadas/os al enardecido foro. Su verdugo una y otra vez los
invitaba vociferando a claudicar de su fe, a lo que Pionio responde:
-“El crimen de ustedes es doble: se olvidan
de toda humanidad matando a los forasteros y traspasando la ley de la
naturaleza… atentando al derecho de la hospitalidad… yo vi aquella tierra
calcinada por la violencia… convertida en ceniza, privada de toda humedad y
fertilidad. El agua no sirve para alimentar ni recibir a los animales, y arroja
de sí al mismo hombre que la recibe… ¡No adoramos a los dioses de ustedes ni
veneramos sus imágenes de oro!”.
Muchos de sus oyentes trataban de
disuadirlo. A lo cual Pionio respondió:
-“Sí, lo sé, es bueno vivir y gozar de la luz, pero nosotros anhelamos
una vida mucho mejor”.
Después de un largo
interrogatorio fueron conducidos a las mazmorras, donde entonaron cánticos.
Después de larga espera, el mismo día de su martirio, Pionio y sus
compañeras/os hicieron una apasionante alocución:
-“Siento como si se me desgarraran las entrañas, al contemplar las
perlas preciosas pisoteadas por los puercos, las estrellas del cielo arrasadas
hasta la tierra por la cola del dragón, y la viña que la mano del Señor había
plantado, destrozada por los jabalíes y saqueada por los viandantes, según les
da la gana. Ahora hay hambre y sed, no por escasez de pan ni de agua, sino por
la persecución”.
Antes de dictar la sentencia, los
verdugos le preguntaron de nuevo:
-¿A qué Dios adoran?
Respondió Pionio:
-“Adoramos al Dios que hizo el cielo y lo tachonó de estrellas; creó la
tierra y la adornó con flores y árboles; formó los mares que rodean con sus
corrientes la tierra”.
Pionio se quedó como absorto
mirando el horizonte.
-¿Por qué miras al aire? Lo
increpó con fuerza el verdugo.
–“Yo no miro al aire, sino aquel que hizo el aire”.
Fue dictada la sentencia: ¡O claudican
de su fe o serán crucificados e incinerados en medio de la hoguera crujiente!
Antes de morir Pionio dijo: -“La causa principal que me lleva a la
muerte, es que quiero que todo el pueblo comprenda que hay una resurrección
después de la muerte”.
Después levantaron a Pionio y al
presbítero Metrodoro, junto con los troncos en los que estaban clavados… sus ojos
y sus almas estaban dirigidas al Oriente. La llama cobró fuerza y crepitó entre
los ardientes troncos. Antes de expirar, Pionio gritó:
-“¡Señor, recibe mi alma!”[41]
Nuestros pueblos originarios
creen, luchan, se organizan y proclaman una vida digna y justa, ¡el Buen Vivir
de las abuelas y abuelos!, sin embargo, se ha desatado, desde hace más de cinco
siglos, una furiosa persecución contra nuestras naciones originarias, y contra
la manera de vivir y estar plantado en esta fecunda Tierra, que ha sido nuestra
Madre y Maestra; y desde antaño como hasta hoy, nos hemos topado con la codicia
de oro, muerte y devastación de los sucesivos imperios. Más sin embargo
nuestros pueblos y naciones originarias, no claudican en su fe en el Dios de la
Vida, y pregonan el Buen Vivir para todas y todos, no solo para nuestros
pueblos amerindios, sino para toda la sociedad. ¡Pero este Buen Vivir lo
queremos para aquí y ahora!, no para el más allá, sino para el más acá, para la
historia que estamos viviendo. ¡No queremos tierra para el Cielo!, nuestros
pueblos originarios buscan, con pasión y desvelo, que haya ¡Sumak Kawsay/Cielo
en la Tierra!... Si la hermana muerte llegase anticipada por la persecución que
se nos ha impuesto, ¡No claudicaremos!, ¡nos queda la certeza de la Resurrección!.
Quizá
nos parezca un poco tarde, en efecto
“Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano
para hacer el futuro. Es tarde, pero es madrugada si insistimos un poco”.
Finalmente, pido prestadas las
sabias palabras de un amigo[42]
maya yucateco, porque creo que bien podemos pronunciarlas todos los pueblos de
Abya-Yala:
¡TE’ YANO’ONILI’IE! (¡Aquí hemos estado!).
¡TE YANO’ON BEJLAY!. (¡Hoy estamos aquí!).
¡BI’IN ANAKON TE’ELA’! (¡Aquí estaremos!).
Jallalla hermanas y hermanos!
-Jallalla!!
Atilano A. Ceballos Loeza
Maní Yucatán, México, 18 de Octubre de 2013
[1]
Jn. 1, 14 Al hacerse carne, Dios asume un pueblo y una cultura.
[2]
Pensamiento sistémico le llaman los físicos como Capra, Lovelok, entre
otros. Señalan que las cosas no están separadas sino que son interdependientes
unas de otras.
[3] Popol Wuj. Sam Colop, pág. 109
[4]
Armando Bartra
[5] En México se acaba de publicar:
Escuelas Campesinas: 10 Años en Movimiento. En América Latina está el SOCLA
(Sociedad Científica Latinoamericana de
Agroecología), MAELA (Movimiento Agroecológico Latinoamericano y del Caribe), y
otras ricas experiencias en Cuba, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, entre otros
países.
[6]
Una versión libre de Mt. 11, 25
[7]
Dimensión política de la espiritualidad indígena. CONAPI
[8] Urge de una vez por todas, y en
todas sus dimensiones (política, social, religiosa, etc.) superar el
antropocentrismo dominante y depredador que todavía impera en nuestras
sociedades. Este pensamiento da primacía al androcentrismo o predominio del
varón en detrimento de la feminidad.
[9]
Pacto por la autodeterminación Mapuche…
[10]
Hoy también se habla de la Sabiduría de la Naturaleza. “El Punto
Crucial”. Fritjof Capra, pág. 214
[11]
Las Bocas del Tiempo. Eduardo Galeano. Siglo XXI
[12]
La Revolución perdida. Ernesto Cardenal, 2ª edición, tomo III. Ediciones
Anama 2004.
[13]
Monumenta Catechetica Hispanoamericana. (XVI y XVIII) Tomo I (Siglo
XVI). Juan Guillermo Durán. Facultad de Teología de la Universidad Católica de
Argentina. 1984
[14]
Hablar de Dios en un Continente de todas las sangres. Gustavo Gutiérrez.
1993
[15]
J’Tatic Samuel Ruíz García, Discurso de clausura del Congreso Teológico
2010, San Cristóbal de las Casas, Chiapas México.
[16]
“En busca de la Tierra sin mal”. Mensaje final. 4° Encuentro Taller de
Teología India. Asunción Paraguay, No. 15.
[17]
O Desafio da Missao. CIMI Norte.
[18]
Gn. 11, 1: “Todo el mundo tenía un mismo idioma…”
[19]
Hech. 2, 11 “Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las
maravillas de Dios”
[20]
Situación de los derechos de los pueblos indígenas en el Chaco
Sudamericano
[21]
La resonancia Schumann señala que la Tierra se encuentra rodeada por un
complejo cinturón electromagnético, fruto de la interacción entre el Sol, la
Tierra (sus suelos, magma, etc.) y la parte inferior de la ionósfera, a unos 55
kilómetros y que genera una resonancia o vibración.
[22]
“Se multiplicó la muchedumbre de los hijos de las abejas”. Libro 1
Crónica de los antepasados.
[23]
La Opción Tierra. Leonardo Boff.
[24]
5 Siglos de prohibición del Arco Iris. Eduardo Galeano.
[25]
En la cosmovisión andina, Pachakuti es el retorno a la era de la Tierra
Sin Mal.
[26]
Carta a los Obispos de Brasil. Don José María Pires. Don Tomás Balduino
y Dom Pedro Casaldáliga. 15 de Ago. 2013 “En
nuestros países, es preciso tener la libertad de des-occidentalizar el lenguaje
de la fe y de la liturgia latina, no para crear una Iglesia diferente, sino
para enriquecer la catolicidad eclesial”.
[27]
El Evangelio se inculturizó en la persona de Jesús, pero los
evangelizadores aún tenemos miedo a asumir la inculturización.
[28]
No se debe de confundir con la expulsión de las comunidades indígenas de
sus mejores tierras y verse obligados a vivir en zonas de riesgo. Esto hay que
seguir denunciándolo.
[29]
El Punto Crucial. Fritjof Capra, pág. 218
[30]
“El Agua nuestra de cada día”. Carta Pastoral de Luis Infanti de la
Mora, Obispo de Aysén, Chile.
[31] En México se la llama ‘La
Bestia’ al tren que los emigrantes de Centroamérica abordan en la frontera sur
del país, en el cual muchos han encontrado la muerte.
[32] La física cuántica que ha desarrollado
el pensamiento sistémico, también ha reconocido las intuiciones de los pueblos
milenarios sobre la interrelación e interdependencia de toda forma de
vida.
[33]
Discurso de José “Pepe” Mújica, Presidente de Uruguay en la ONU, 24 de
Sep. de 2013
[34]
Tres diferentes sistemas económicos. Margot Bremer. CONAPI. Paraguay
[35]
La Idolatría del Mercado. Juan Manuel Hurtado.
[36]
Tres diferentes sistemas económicos. Margot Bremer. CONAPI, Paraguay.
Interesante comentario a Lc. 15, 11-32 sobre la administración de la casa.
[37]
Así titula Miguel Ángel Cabodevilla su último libro en el que denuncia
la matanza de 20 miembros del pueblo nómada de Tagaeri y Taromenani que se
caracterizan por su bravura por defender su tierra y territorio, el pasado 30
de marzo del presente año.
[38]
Son sustancias que constituyen las proteínas, compuestos nitrogenados
que son el fundamento mismo de la vida. De los 20 aminoácidos proteínicos, 8
son esenciales para la vida humana. Son como los "ladrillos" con los
cuales el organismo reconstituye permanentemente sus proteínas específicas
consumidas por la sola acción de vivir.
[39]
La Creación según el memorial de Sololá, Guatemala.
[40]
Jn. 10, 10
[41] Actas de los Mártires. Ediciones
Paulinas. Caracas Venezuela. 1987, Págs. 109 a 137. Estas cosas sucedieron bajo
el procónsul Julio Proclo Quintiliano; siendo cónsules el emperador Cayo Mesio
Quinto Trajano Decio y Vitio Grato.
[42]
Discurso de la fundación de la ciudad de Mérida. José Huchín. Enero 2011
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