viernes, 18 de octubre de 2013

Un manojo Florido y Pascual desde Abya-Yala


 Pbro. Atiano Ceballos Loeza
"% Encuentro Continental de Teología India,
Pujilí Ecuador
 


Nuestra Hora­
 
Es tarde
pero es nuestra hora.
 
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer el futuro.
 
Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.                                                                               
Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.
                            Pedro Casaldáliga


 

Pido permiso a la Asamblea para compartir este manojo de palabras, que en realidad no son mías, son un eco lejanísimo quizá, de quien dijo ser la Palabra hecha Carne[1] y que me ha sido trasmitida a través de la fe y compromiso de nuestros pueblos amerindios.

Este manojo de palabras intenta responder al SHUK MAKILLA (Un mismo actuar), ya que busca proponer compromisos para favorecer la construcción de un futuro diferente; pretende vislumbrar los aportes más valiosos de nuestros pueblos indígenas para la construcción de un futuro posible, uno más humano y fraterno, más armónico y lleno de vida para todas y todos. Este manojo de palabras floridas intenta responder a la pregunta: ¿Cuáles son las flores y los frutos que aportan, desde la fe y la cultura, las comunidades indígenas del Continente para una nueva humanidad?

En el lenguaje y en el pensamiento (cosmovisión) del pueblo maya, el número 20 hace referencia a la persona completa y cabal; alude a los 20 dedos de nuestras extremidades. La ofrenda que iré colocando en este Altar, no es algo personal sino comunitario; estos aportes vienen de lejos, de muchísimos años atrás. Solamente he ido recogiendo de aquí y de allá, vivencia y testimonio, y la deposito como ofrenda de nuestros pueblos amerindios para cultivar el futuro.

Aunque iré colocando una a una las ofrendas y cada una de ellas alude a un dedo, sin embargo estas ofrendas no están aisladas sino interconectadas[2] y en perfecta armonía una con otras. Todas están entretejidas y en su conjunto forman una sola ofrenda. Seguramente habría otras o bien pudiéramos nombrarla de otro modo. Este trabajo es entonces incompleto y seguramente, a través de nuestras experiencias y desde nuestras naciones originarias bien pudiéramos completarla.

Estas son las ofrendas que desde Amerindia, estamos aportando:

 

Unidad (Visión integradora de la vida… y de la muerte)

Para nuestros pueblos amerindios no existe Vida sin Muerte y viceversa. Ambas caminan juntas, muy pegaditas una de otra. La agricultura nos enseñó que no es del todo cierto eso de la muerte, que la semilla depositada en la fecunda Madre Tierra, despunta para dar vida. Nuestras naciones originarias son testimonio viviente de la pascua. Así lo cuentan las abuelas y abuelos Kichés: “después que habían vencido a todos los de Xibalbá, ascendieron para acá, en medio de la claridad. De inmediato ascendieron al Cielo: uno fue el Sol, y el otro fue la Luna. Entonces se iluminó la bóveda del Cielo, la faz de la Tierra, en el Cielo se establecieron. Luego subieron los cuatrocientos muchachos muertos por Sipakna. En sus compañeros se convirtieron; en estrellas del Cielo se volvieron”[3]. Así lo señala Marcos uno de los líderes del pueblo Xucurú de Pernambuco, después de que asesinaron a su padre Xicao: “Nosotros no enterramos a nuestros muertos, los sembramos, para que retoñen con más fuerza…”.

Continúa recibiendo Buen Padre Inti… nuestra vida y nuestra muerte (aunque muchísimas de ellas sean anticipadas); ésta ha sido nuestra ofrenda a lo largo de los siglos…(Ofrenda: 6 Velas)

 

Culto a la Madre Tierra

Cultivar la Madre Tierra es rendirle culto, honrarla. La agricultura de nuestros pueblos amerindios fue y sigue siendo sorprendente, y es uno de sus aportes más originales para la construcción de futuro. Hermosas y productivas terrazas en empinadas laderas nos han heredado los pueblos Incas. Una sorprendente ingeniería hídrica nos heredaron las abuelas y abuelos mayas. Hermosísimas Chinampas, Milpas, K’anches (producción de hortalizas en camas altas de madera) son un legado ancestral, lleno de sabiduría y respeto a la Madre Tierra. “Los mesoamericanos no sembramos maíz, los mesoamericanos hacemos milpa. Y son cosas distintas porque el maíz es una planta y la milpa un modo de vida. La milpa es matriz de la civilización mesoamericana[4]. Seguir cultivando la Milpa es seguir haciendo cultura y por consiguiente: seguir dando culto. Numerosas divinidades en nuestra amerindia están vinculadas con la agricultura y en algunos casos la religión católica ha heredado esa matriz (San Juan Bautista, Fiesta de la Candelaria relacionada con el inicio de las siembras, etc). Por toda nuestra geografía de Abya-Yala las comunidades están asumiendo trabajos agroecológicos[5], como una manera nueva de rendir culto a nuestra Madre Tierra, aun cuando sufran persecución y muerte. La imperiosa propuesta de promulgar los Derechos de la Madre Tierra tiene su origen y su cuna en estas latitudes.   

Na Luum, Pachamama recibe nuestra ofrenda, regada con sudor y sangre… (Ofrenda: tierra)

 
 
Espiritualidad como fuerza para resistir activamente

Yo te alabo Padre y Madre, Señor y Señora del Cielo y de la Tierra, porque, ocultaste estas cosas a los sabios y entendidos y la revelaste a la gente sencilla[6]. De este modo queda manifiesto la manera de vivir al Dios de la Vida, por nuestros pueblos amerindios; experiencia que han cultivado desde que se asentaron en este vasto territorio continental. Para los pueblos mesoamericanos, así como en los pueblos andinos todo tiene vida: el agua, las piedras, los animales, etc. Por consiguiente toda la vida con sus mil formas y colores, las que vemos y aun las que no alcanzamos a mirar, merecen respeto. Los abuelos y abuelas nos enseñaron que cuando se necesita cortar un árbol, por ejemplo, se le pide permiso y se hace ofrenda ya que es un ser vivo.

La espiritualidad de nuestros pueblos amerindios permite superar la visión fragmentada de la realidad que se nos ha impuesto desde Occidente, porque la espiritualidad indígena tiene una dimensión cósmica, integral e integradora, todo está interconectado. La recia espiritualidad indígena se expresa en el Buen Vivir (Sumak Kawsay) que busca una vida feliz con interrelaciones en sintonía con el cosmos. Hay una estrecha vinculación entre espiritualidad, sabiduría, política y las intuiciones del corazón. Estas dimensiones, hasta ahora ignoradas por los movimientos sociales, deben incorporarse en la lucha por la transformación de la sociedad, para lograr una ética política distinta[7]. Desde la espiritualidad de las naciones originarias se logra superar el antropocentrismo[8], ya que el Sumak Kawsay o Buen Vivir fundamenta la dimensión socio-política de la espiritualidad indígena. La espiritualidad está en la vida.

Esta recia espiritualidad se refleja en las luchas emprendidas por los hermanos y hermanas de la Nación Mapuche, que a principios de este año señalaban desde el Cerro Ñielol: “El Pueblo Mapuche ha desarrollado su cultura milenaria en el Wallmapuche - Territorio Mapuche, en donde se construyeron normas que ordenaban la convivencia entre Mapuche basadas en el Ad Mogen y Nor Mogen, la espiritualidad y la convivencia armónica con la naturaleza. Esta situación fue quebrantada con la intervención hispana”[9].

Así también lo ha dicho nuestra sabia y abuela Vicenta Mamani: “Seguimos resistiendo callados, unos trabajando duro en la casa y en el campo, otros en las calles protestando, haciendo huelgas, paros, bloqueos de caminos, es una prueba de resistencia. Nos acompañan mucho los guías espirituales. Y nos acompaña la esperanza, que nos da fuerza, porque soñamos que algún día lograremos el Suma  Kamay, es decir, llegar a la Loma Santa, que soñaron los antepasados. Vivir en equilibrio, en armonía con las divinidades, con los protectores, con todos los seres vivos”.

Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra: Dígnate recibir el espíritu de esta Wipalla que ondea desde siglos atrás entre las hermanas/os de la región andina y en todas las naciones originarias. Es nuestra ofrenda. (Ofrenda: Wipalla)



Teología y Sabiduría

Los pueblos y naciones originarias aportamos sabiduría para vivir, convivir y sobrevivir con la Madre Tierra. Esta sabiduría nos viene de lejos, de las abuelas y abuelos, de nuestros difuntos, del Sagrado Monte y de las Sagradas Aguas. Podemos decir con toda certeza que la sabiduría de nuestras comunidades amerindias, se basa en un profundo respeto y aprendizaje de la sabiduría de la Naturaleza[10]. Se trata de una sabiduría milenaria, aprendida y experimentada por siglos y trasmitida de madres y padres a hijas e hijos. La Naturaleza ha sido para nuestros pueblos, verdadera Madre y Maestra: “De los topos, aprendimos a hacer túneles. De los castores, aprendimos a hacer diques. De los pájaros, aprendimos a hacer casas. De las arañas, aprendimos a tejer. Del tronco que rodaba cuesta abajo, aprendimos la rueda. Del tronco que flotaba a la deriva, aprendimos la nave. Del viento, aprendimos la vela.”[11] No se trata de conocimientos adquiridos en las aulas de clases, sino más bien de posibilitar modos de vida más sostenibles y respetuosos con todo lo que nos rodea. “Nuestra sabiduría es diferente. Nuestro conocimiento es un conocimiento distinto. Es la sabiduría de nuestros espíritus chamánicos, de la Tierra, que es muy importante para la supervivencia de la humanidad”, afirma David Kopenawa, chamán yanomami. “Nuestros chamanes saben que nuestro planeta está cambiando. Conocemos la salud de la Amazonía. Sabemos que es peligroso abusar de la naturaleza y que cuando se destruye la selva, se cortan las arterias del futuro y la fuerza del mundo se evapora” precisa Kopenawa. Todo lo que hemos hecho y aprendido en nuestros pueblos originarios, lo hemos ido aprendiendo de la Naturaleza, imitándola con todos sus brillantes colores, ritmos y cadencia. “En el campo hay tantos conocimientos como en las universidades, únicamente que son diferentes”[12]

En 1524, un puñado de franciscanos llamó Teología al idioma de los aztecas: “Aprendemos la teología que de todo punto ignoró San Agustín”, a lo cual Jerónimo de Mendieta aclara: “llamando teología a la lengua de los indios…”[13]. Nuestros pueblos han cultivado su propia teología (aunque nunca le llamaron de ese modo) y su particular modo de relacionarse con lo divino, y merece respeto.

Cuando la sabiduría milenaria se entreteje con nuestra fe cristiana se convierte en verdadera teología, ya que  ésta la hace la comunidad[14] de creyentes empobrecidos que vivimos en este territorio, entonces podemos y debemos hablar de una teología Mapuche, Guaraní, Maya, Kikché, etc.

Esta Eco-Teología, como le llamaba j’Tatic Samuel, es cósmica, universal y escatológica, porque siempre piensa en la posibilidad de un mañana, superando el aquí y el ahora. Pero ese vino nuevo requiere de odres nuevos: “El Concilio Ecuménico Vaticano II sigue impulsando con su espíritu el trabajo y largo caminar hacia la constitución de una iglesia o iglesias autóctonas, donde los valores evangélicos se encarnen en la cultura”[15].

Esta verdadera Teología y verdadera Sabiduría es nuestra ofrenda al mundo.

Señor Jesucristo, que te encarnaste en un pueblo y en una cultura, te ofrecemos humildemente estas jícaras, símbolo de la fe y la sabiduría, de la cual han bebido nuestros pueblos indígenas, tus hijas e hijos predilectos. Símbolo de lo que nos falta por aprender y saborear de la Madre Naturaleza.

(Ofrenda: Jícaras)

Lengua y cosmovisión

Somos pueblos y naciones originarias con idiomas que hablamos desde hace muchos, pero muchos años. El idioma y nuestras lenguas indoamericanas están llenas de expresiones sonoras y vistoso colorido, son como el Arco Iris que surca de un extremo al otro nuestra geografía latinoamericana. Están llenas de imágenes, de gestos, símbolos, de música y danza, hablamos con todo nuestro cuerpo, no de manera abstracta, sino muy concreta. Usando y desarrollando nuestros idiomas ancestrales acrecentamos nuestros saberes[16] y se fortalece nuestra identidad. Nos acercan y nos distinguen de las otras culturas. En lengua Guaraní por ejemplo, se tiene nombre para cada tipo de Tierra: la Montaña donde caza, la roca donde planta y la aldea donde se vive[17]. Lo mismo sucede entre los aymaras cuando se dice Pachamama se hace referencia a la unión de las fuerzas de arriba con las de abajo. Frente al colonialismo monolinguístico, nuestros pueblos siguen empeñados en comunicarse a través de la diversidad de idiomas, lenguas y formas de plantarse en la vida. ¡Eso es la descolonización lingüística! La diversidad de lenguas e idiomas son una bendición para el mundo y una forma de entender y hablar con el Dios de la Vida en guaraní, en mopan, quichua, quechua, aymara. El desastre de Babel no es la multiplicidad de idiomas, sino la incapacidad de entender al Dios de la Vida[18]; en Pentecostés cada una y uno de los presentes entendió en su propio idioma[19], aun cuando el texto señala que los presentes procedían de diversas regiones y hablaban distintos idiomas. Parece mentira, pero a pesar de tanta prohibición se sigue hablando distintas y diversas lenguas en Abya-Yala; la lengua de los vencidos sigue sonando rica y sonora; todavía falta que se incorporen en los tribunales nuestras lenguas, para los juicios.

El neoliberalismo atenta contra nuestra cosmovisión, termina con la soberanía de los pueblos, criminaliza las luchas y la protesta social; desencadena feminicidio étnico, exclusión social y violencia racista[20]. Somos pueblos caminantes, es más: somos pueblos porque migramos hasta asentarnos en los sitios donde hoy vivimos.

Aquí están tus flores Vira Kocha… son para ustedes Huacas. (Ofrenda: flores)

 

Ciclos de la Vida o Bio-ritmos

Le podremos llamar de mil maneras: música, danza ritual, tambores, caracoles, silbidos y tantas otras maneras de nombrarlas, pero los pueblos y las naciones originarias llevamos y vivimos el ritmo de la Madre Tierra y de la Vida en general. Los Yanomami se trasforman en coloridos pájaros que en sinuoso vuelo se mezclan con el aire, la floresta, los ríos y todo lo que vibra sobre la faz de la Tierra. Las primeras abuelas y abuelos de nuestros pueblos mayenses bailaron la danza de la comadreja, la danza del pujuy, la danza del armadillo. Aquí mismo en Pujilí el Sacerdote de la Lluvia Tushug danza con alegría por la cosecha del maíz. Y ésta es nuestra preciosa ofrenda para el mundo de hoy. La actual es una sociedad violenta, que no respeta los ritmos y la cadencia o los ciclos de la vida, sino que más bien quiere violentarlos[21]. Es urgente regresar a los ritmos de la naturaleza, bailar con ella dejándonos llevar por su cadencia. Somos hijas e hijos del tiempo y de la naturaleza; la Biblia dice que fuimos hechos de humus (tierra fecunda), los abuelos mayas que venimos del maíz, y numerosos pueblos originarios de Colombia dicen que nuestra procedencia es de la yuca y otros hermanos nuestros, que venimos de los mares. Para el Libro Sagrado del Chilam Balam venimos también de las abejas[22]. Y vaya que hay evidencia de ello en nuestro cuerpo: nuestras lágrimas y sudores nos recuerdan que venimos del mar; generamos pequeñas partículas de cera. Los que estudian estas cosas nos han revelado que a algunos de estos bio-ritmos le han denominado resonancia Schumann, que es como el latido del corazón de la Tierra, como su marca pasos, que equilibra todas las relaciones que la vida tiene y mantiene[23]. Los pueblos milenarios de estas tierras somos los guardianes de los ciclos de Mama Luna y del Padre Inti, de las estrellas y de las estaciones que nos marcan los días cortos y los días largos, las noches breves y las noches prolongadas. Guardamos la música y el canto en nuestro interior, aunque en 1614, el arzobispo de Lima haya mandado incendiar todas las quenas y demás instrumentos de música de los indios, y prohibió todas sus danzas y cantos y ceremonias[24]. El Tiempo y la Vida son como una rueda de carreta que gira y gira, y después de recorrer su ciclo, regresa de nuevo; por eso se dice entre los pueblos mayenses y también entre los kichuas del Ecuador, que el futuro se mira por detrás o que el futuro está en cierto modo, en el pasado.

(Alguien que haga sonar la Quena) Te ofrendamos Oh Padre y Madre el melodioso sonido de la Flauta de la cual brotan ritmos y melodías que nos enseñen a caminar y a vivir de acuerdo a la naturaleza; a ser heraldos y pregoneros de Pachakuti[25] (Ofrenda: música de Quena o flauta)

 

Cultura de Vida o Conciencia crítica

Uno de los grandes aportes que estamos haciendo desde nuestras comunidades Mayas, Quechuas, Aymaras, Kichuas, Warao, Náhuatl, Mapuche, Zapoteco, Guaraní, Totonaco, Kuna, Lenkas, Huitotos, Emberá, Avá Guaraní, Guaraní Mbya, Huarpe Milcayac, Kaingang, Naza, Yanomami, Qom, Meepha o Tlapaneco, y tantas y tantas otras comunidades asentadas en los 4 puntos de nuestra Amerindia, es la crítica al sistema neoliberal dominante. Los pueblos originarios tenemos una cultura de vida, no de muerte. Decrecimiento, des-urbanización, des-colonización, des-aprender es el grito que ondea desde todos los rincones de nuestra Matria-Patria Grande, como estandarte para nuestras luchas y aspiraciones. En estos últimos meses un puñado de Obispos Eméritos también nos invitan a des-occidentalizar[26] nuestros ritos eclesiales.

Desde la antigua Tenochtitlan se oye el sonoro eco estudiantil: ¡El 2 de Octubre no se olvida!. Y desde Cochabamba ruge con fuerza: ¡2 de Agosto: día contra el imperialismo y contra el capitalismo!, o el ¡12 de Octubre Día de la Resistencia Indígena! Aquí mismo en Ecuador, aún se puede escuchar con toda claridad el vibrante eco del Yasuní gritando: “Preferimos Naturaleza, que los derivados del petróleo”.

Clamamos, junto con otras y otros hermanos y hermanas el derecho a la educación indígena bilingüe y bicultural que asegura el respeto a nuestra identidad, que promueve su conciencia, su organización y la  defensa de sus derechos, que los lleva a vivir libremente y dinamiza su protagonismo histórico. A muchos sectores de nuestras iglesias[27] les cuesta trabajo aceptar ministerios y servicios autóctonos y milenarios, cultivados en nuestras comunidades.

El hecho mismo de vivir, a pesar de todo, en las comunidades rurales, en el campo y la floresta, cerca de los ríos y los mares, de los cenotes y las montañas, es una manera de decir: ésta en nuestra opción de vida[28]. La des-urbanización es el punto clave para la vuelta a una escala más humana y sostenible. “El crecimiento urbano es una de las amenazas más graves al equilibrio social y ecológico”[29].

Va como ofrenda este copal y este incienso… (Ofrenda: incienso)

 

Sencillez y simplicidad

Quizá sea este uno de los principales aportes de los pueblos y naciones originarias de estas tierras. Impulsar el decrecimiento (de la economía, de la explotación irracional de los recursos naturales y de las personas, etc.) como modo de resistencia y profetismo. Algunos le han llamado desde occidente: altermundismo. Pero para los pueblos originarios no es otra cosa sino Vivir Bien. El Pueblo Yaqui de Sonora, México ha hecho sonar sus tambores tradicionales, llamando a la resistencia y a la defensa del agua. La tribu Yaqui enfrenta la amenaza más grande contra su existencia como pueblo en los últimos tiempos: el despojo de las aguas que les da sustento, tanto económico como cultural, debido al megaproyecto que el gobierno estatal intenta imponer pese a las resoluciones judiciales en su contra, apoyado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. “El río es parte estructural de nuestra vida”, señala Mario Luna, secretario de las autoridades tradicionales. Con el robo del agua de la presa y el río “nos están condenando a la muerte como pueblo”, denuncia Luna. Este grito resuena también desde la Patagonia, concretamente en Aysén, donde el Obispo Infanti de la Mora denuncia la burda mercantilización de la Sagrada Agua[30].

Vivir de manera sencilla, sin lujos ni derroches, es un aporte profético de nuestros pueblos amerindios. Sabernos parte del todo, nos educa en la sencillez y en la genuina humildad. En la medida que las comunidades mantengamos más arraigo y cercanía con la Madre Tierra, en esa medida será el grado de sencillez que se nos exija. Así lo señala los jóvenes reunidos con el Papa Francisco –quien exige sobriedad para la iglesia- en julio de este año: “Queremos y necesitamos muy poco Santidad. Sólo queremos vivir con dignidad y paz en nuestras tierras y territorios”. ¿Será mucho pedir?

Yum Chaac: Te ofrendamos la hermana agua, limpia y sencilla… (Ofrenda: se rocía de agua el Altar)

  

Los retoños (Nuestros jóvenes)

Desde siempre hemos ofrendado a los jóvenes, muchachos y muchachas. Somos el futuro y la raíz de la tierra, pero también somos retoño de aquellos árboles que han cobijado nuestras luchas por años y años. América Latina es un continente mayoritariamente joven. Somos el retoño de la rebeldía que sopla como aire fresco sobre nuestras montañas y valles. Numerosos estudiantes chilenos nos lo recuerdan; multitudes de jóvenes brasileños nos lo siguen diciendo día a día; somos el grito inconforme ante tanta corrupción de las autoridades e instituciones religiosas.

Recibe Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra esta preciosa ofrenda (2 jóvenes junto al altar)

 

Luchas, sufrimientos y dolores

Los pueblos y las comunidades indígenas del continente, ponemos trabajo, esfuerzo, laboriosidad, especialmente en la temporada de siembras en nuestros territorios, pero junto a tanto esfuerzo, la sociedad neoliberal pone contaminación y depredación. Frente a los fenómenos naturales podemos hacer algo, porque somos solidarios, pero frente a la inconciencia de la sociedad postmoderna, que trastoca todo y coloca a las personas y a la Madre Tierra ‘patas arriba’, ahí no podemos menos que luchar. En muchos casos hemos sido beligerantes y ¡seguiremos siéndolo!

Por toda América Latina, las hijas e hijos de estas tierras miramos con dolor la minería a cielo abierto, que solamente ha traído contaminación, muerte para la naturaleza y para nuestras hermanas y hermanos más pobres; enormes riquezas para las multinacionales y una que otra migaja de riqueza para los gobiernos corruptos. Guatemala sufre las consecuencias de la minería; a lo largo de toda la cordillera de los Andes se está asentando mega minerías; y así de un extremo a otro de nuestra Patria Grande de Abya-Yala carcomen nuestra tierra, nuestro territorio y nuestro destino.

Nuestro corazón queda muy triste cuando ve a miles de compatriotas de Abya-Yala encaramarse en La Bestia[31], huyendo de la falta de trabajo, salario y una vida digna; los sucesivos imperios, que llegan a nuestra tierra como nuevos conquistadores apoyados por los malos gobiernos, manifiestan la misma codicia de los primeros conquistadores. América Latina es una tierra que lleva sobre sus espaldas tanto dolor, acumulado por siglos…

Hoy también ofrendamos (una camiseta rota y sucia se coloca en el altar) nuestros dolores, sufrimientos y lágrimas derramadas por toda la geografía continental, como la incansable lucha por defender su Territorio de los hermanos/as de Montes Azules, México; la Amazonía toda; el dolor y sufrimiento del pueblo Xinka de la montaña de Xalapán y Santa Rosa en Guatemala!

 

Nuestras ceremonias

Con ellos agradecemos y reconocemos a Dios como Madre-Padre, autor de la Vida, pero además esas ceremonias nos hacen ser pueblo, generan nuestras esperanzas y alegrías. Cuando masticamos la sagrada hoja de Coca, o bebemos el mate o el balché, esos sabores nos religan a nuestros difuntos y a nuestros árboles sagrados. Cuando nos pintamos el cuerpo nos hacemos más visibles a Mamá-Papá. Por eso hemos sido, somos y seremos sus guardianes. Nuestras ceremonias y celebraciones comunitarias nos recuerdan los ciclos de la vida y el respeto que le debemos a ello.

Te depositamos nuestra sagrada bebida como ofrenda… (una persona va derramando balché en torno al altar)… bebe de ella para que nos sigas alimentando en nuestras luchas. ¡Para Ti es la Chicha y el Balché! (Ofrenda: balché o miel)

 

Nuestras abuelas y abuelos

Absolutamente todos nuestros pueblos amerindios reconocemos el valor de las abuelas y abuelos. Ya nos lo dijo Vicenta Mamani Bernabé con sabias palabras: “En mi tierra se aprecia muchísimo a los ancianos, se les considera memoria de la comunidad”. Nuestro libro sagrado, el Popol Wuj nos presenta las virtudes y desafíos que las abuelas y abuelos son capaces de realizar con tal de que despunte la aurora para nuestros pueblos de Abya-Yala. Ellas y ellos son como la abeja guardiana que cuida y defiende la colmena del tronco hueco. Son la luz crepitante de la hoguera, el fulgurante brillo de las estrellas que nos señalan el camino a seguir, aún en medio de la oscuridad. Sus palabras, gestos y testimonio siguen vivos en el corazón de nuestros pueblos indígenas; por las hendiduras de sus rostros se puede contemplar el paso liberador de nuestro Dios.

Nos comprometemos a valorar nuestra cultura, nuestras oraciones, continuando los consejos de nuestras ancianas y  ancianos. Esta es nuestra alma y nuestra fuerza.

Junto a la orilla de este Altar te ofrendamos, Madre Tonanzín de Guadalupe la siembra de unas matas de maíz y este manojo de hojas de sagrada Coca, ésta será nuestra señal de resurrección.

 

Memoria

Los pueblos y naciones originarias de estas tierras somos la memoria de ella. Hemos aprendido a contar y trasmitir los dolores y sufrimientos de generación en generación. La vida y sus quehaceres cotidianos son un  continuo aprendizaje para nuestros pueblos; en cierta manera aprendimos a cultivar la memoria como aprendimos a cultivar nuestros alimentos. Pero no sólo las luchas y aspiraciones, sino todo, absolutamente todo es memoria: comidas, defensa de la tierra y el territorio, culto a los difuntos, altares, olores, sabores, caudillos y caudillas, nombre de nuestros pueblos, pozos y lugares sagrados como los ríos y la loma santa, las formas de cultivo y de selección de semillas, todo, absolutamente todo es memoria. En realidad, las naciones originarias somos la memoria que camina en esta amada tierra. ¡Nuestros pueblos de Abya-Yala somos la memoria que incita a la rebeldía! Porque sabemos de nuestro pasado glorioso como pueblos originarios, por eso no nos acostumbraremos nunca a vivir doblegados, de rodillas, humillados y postrados. Aunque los conquistadores nos impusieron amnesia y olvido, nuestros pueblos siempre han encontrado rendijas para la memoria tanto del pasado como del presente (los numerosos Museos de la Memoria en el Continente, o bien el Informe ‘Guatemala: Nunca más, o la recuperación de la Memoria Histórica en Guatemala).

Tupa, Tamacco, Kanobo creador de las aguas y las florestas te ofrendamos esta Biblia y este Libro indígena, que para nuestros pueblos son sagrados y nos ayudan a recordar, a no olvidar. Lo ponemos como ofrenda en el Altar de la Vida.

  Tradición y costumbre (Amor, cuidado  y veneración por la Naturaleza)

Desde hace miles de años, nuestros pueblos amerindios han manifestado respeto y veneración por las Montañas y los Valles, por los Sagrados Ríos y los Mares; por las aves del cielo y los peces del mar. Nuestro culto a la Naturaleza no es cosa de ahora, sino de siglos de estar conviviendo con ella; de la Naturaleza obtenemos todo para nuestra vida: el alimento, las paredes y el techo de nuestras casas, los instrumentos de cacería y los instrumentos musicales, así como los de la cocina, la leña para cocinar y todo, absolutamente todo para vivir. De ella hemos aprendido a vivir y sobrevivir. Desde hace unos pocos años, aproximadamente unos 50 o 60, a esta vivencia sacramental de nuestros pueblos originarios, le llaman los estudiosos: ecología. Pero lo nuestro, es mucho más que un simple cuidado, nuestro compromiso va más allá, mucho más allá de la ecología como ciencia. Con cuanta pasión lo señalaron nuestros hermanos/as pieles rojas cuando dijeron: “Nuestros muertos nunca olvidan esta maravillosa Tierra, pues es la Madre del Piel Roja. Cada parte de esta Tierra es Sagrada para mi pueblo, Las olorosas flores son nuestras hermanas, el ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros hermanos. Las rocosas alturas, las suaves praderas, el cuerpo ardoroso del potro y del hombre, todos pertenecen a la misma familia. El agua cristalina, que brilla en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados”.

En épocas más recientes Bolivia ha ofrendado dolor y sufrimiento por hacer que la Sagrada Agua sea un Derecho Humano y no una mercancía. Tenemos experiencia en gobernar y aplicar la justicia; hay formas diferentes para elegir a nuestras autoridades y se pueda desempeñar este servicio apegado a nuestras tradiciones. Los consensos, la mayordomía, las asambleas son formas más ancestrales de organizarnos socialmente, que las cada vez más frágiles y cuestionadas democracias, que son ninguneadas por el Mercado, las Multinacionales y el dios dinero. 

Los estados nacionales de hoy deben reconocer, que la existencia, y en muchos casos la sobrevivencia de nuestros pueblos plurinacionales, han permitido la preservación de lo poco que queda de biodiversidad y conocimientos en nuestro continente.   

Paba/Ankoré: Creador y Formador de la Tierra, de todo lo que se mece, se mueve, vive y reposa sobre nuestra Madre Tierra…concédenos saber ser buenos guardianes y cuidadoras/es tuyos. (un bordado).

 

Mitos

Aportamos nuestros mitos, porque con ellos aprendemos a ser pueblo, a tener identidad e historia, de ese modo nos sentimos parte de la Madre Tierra; ¡nosotros somos de ella! ¡le pertenecemos! Paba (Kuna)/Ankoré (Emberá) crean la Tierra como una niña y la acompañan hasta que llegue a ser Madre fecunda. Paba y Ankoré nos regalan su espíritu para cuidarla. Cultivamos Mitos de creación y origen, de iniciación, de entronización como el espléndido mito de la Balsa de Muisca, que describe la sucesión de un nuevo cacique Muisca y cómo éste tenía que llegar hasta el centro del lago para arrojarse, y con él, todas las ofrendas de oro y metales preciosos. Nuestros mitos de origen nos dan identidad y sentido a nuestra existencia, y también a nuestras luchas y proyectos. Venimos de Tullan, nuestro origen está en Chicomoztoc lugar de las 7 cuevas, es nuestro útero común; nuestros mitos fraternizan a nuestros pueblos y naciones originarias y sus luchas.

¡Keti Ono Keti Eyé, Pajaw, Sagrado Espíritu de Dios! te ofrendamos el tejido de nuestros mitos y palabras que han orientado nuestros pasos, como nos orienta el Sol, la Luna y las Estrellas. (ofrenda: un ceso de bejuco)

Pensamiento indígena (Dualidad y complementariedad)

La concepción, percepción y la aplicación del todo, como algo único y absoluto, nos viene de las culturas ancestrales. El pensamiento sistémico hoy predomina en el mundo y en la sociedad, pero quienes nos lo heredan son las abuelas y abuelos de nuestras naciones originarias[32]. La dualidad se entiende no solo como complementariedad sino como totalidad. Es la capacidad de mirar arriba y abajo, en ambos costados, al frente y detrás. La tradición religiosa mesoamericana hilvana muchos binomios: inframundo-cielo, femenino-masculino, oscuridad-luz, y otras muchas. Es algo muy propio de las culturas milenarias. En Japón, por ejemplo se habla de Isanagi e Isasagui, el Popol Wuj de los dos héroes gemelos Ixmucané e Ixbalnque, y entre los hermanos y hermanas Mapuches está Xeg-Xeg y Kai-Kai. Durante muchos años se ha polarizado la visión machista en detrimento de lo femenino: gobiernos, ministros, autoridades, científicos, pastores, han contribuido, en cierta forma, a lo que hoy tenemos, sin embargo falta reconocer y potencializar la complementariedad.

Sagrada Madre Luna y Sagrado Padre Sol, Ixmucané e Ixbalamqué, Xeg-Xeg y Kai-Kai, recibe el latido de nuestro corazón para mirar a nuestro alrededor y no solo de un lado. (el latido del corazón)

 

Maternidad

Aun cuando hay complementariedad, sin embargo, los pueblos originarios de Abya-Yala hacen énfasis en lo femenino, de manera particular en la maternidad. En el panteón religioso de nuestros pueblos siempre encontramos alguna o algunas divinidades femeninas. Uno de los casos más representativos es Tonanzín entre los nahuas, ella es nuestra verdadera Madre. Entre los Mayas están Ixchel e Ixtab. En el plano social, numerosas mujeres han estado y están al frente de las luchas por la defensa de la Madre Tierra. Incluso la referencia a la tierra en los pueblos andinos, es un concepto femenino: Pachamama, o la Diosa Azteca de la Tierra: Coatlicue. Nunca podré olvidar la valentía de Zenildea María de Araujo quien al ser asesinado su esposo líder del pueblo Xucurú, le pide a su hijo mantenerse al frente de la lucha por la defensa de su tierra. En el pensamiento mayense las personas tenemos un lado masculino y otro femenino. Y en estos últimos días Francisco nos pide trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer y que en los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino. ¿Sería suficiente ese impulso? Creo que no.

Ofrendo este rebozo símbolo de la feminidad, y ¿por qué no? de la sangre de las hermanas Mirabal, que en la República Dominicana lucharon con entereza por la liberación de su pueblo… ¡Y de la comandanta Ramona! y tantas y tantas mujeres de nuestra América. ¡Ofrendemos nuestra feminidad! (Ofrenda: rebozo)

 

Economía solidaria

Otro de los aportes más sustanciales de nuestros pueblos de Abya-Yala es en lo tangible y en los servicios comunitarios, previamente organizados cuya conclusión siempre es común y festiva, sobre todo en el mundo del trabajo comunitario y la ayuda mutua. Las Mingas y Fajinas, el Potiró y el Mutirao, el Tekío y el Trueque, el cambio e intercambio de las semillas, de las labores cotidianas. No en vano, las comunidades aborígenes utilizaban por moneda las plumas de aves hermosísimas, las telas de algodón, las piedras y algunas semillas como la del cacao. Este otro valor de la economía se da no solamente entre las comunidades autóctonas de nuestra América, sino en todos los pueblos milenarios. La desgarradora y no tan lejana experiencia del “corralito” entre los hermanos/as argentinos suscitó el renacer de una economía solidaria y de intercambio de bienes y servicios. Entre los productores orgánicos y agroecológicos, de algunas regiones de Japón, está resurgiendo prácticas milenarias de una nueva y a la vez ancestral economía, con monedas locales que les sirve para obtener productos orgánicos entre ellos y ellas.

Aunque tuvimos El Dorado en estas tierras de nuestra amerindia; Colombia resguarda con celo esas piezas de oro macizo; aunque los invasores sustrajeron enormes cantidades de oro en Potosí y en México; aunque Las Joyas del Pescador que emergieron en Veracruz y que datan del Siglo XV nos dejan ver el talento de los joyeros mesoamericanos y de toda nuestra amerindia, sin embargo, nuestros abuelos y abuelas nos heredaron una economía más humana, solidaria y festiva. En donde la administración de la casa (oikós) se realiza con parámetros ecológicos favoreciendo la cooperación y no la competencia  cruel y despiadada[33], puesto que lo importante no es acumular, sino Vivir Bien (Sumak Kausay). Para el pueblo Guaraní, por ejemplo el Tekoha evocan no solo las relaciones económicas, sino las sociales y la organización político-religioso[34]; la oikonomía indígena es integral e integradora, tiene una carga ética. Algunos le llaman a este entramado económico la mesa compartida[35] y otros la oikonomía del Reino.[36]

Mama Luna, guía con la claridad de tu luz, nuestros pasos hacía Xochitlálpan. Mantén firme nuestra solidaria hermandad…recibe estas semillas de cacao como ofrenda y compromiso. (Ofrenda: cacao)

 

Mártires y martirio

Hemos ofrendado, desde hace más de 500 años a nuestros mejores hombres y mujeres: caudillos y caudillas, halach huiniqkes, mujeres y hombres verdaderos, del pasado: Jacinto Can Ek, Tupac Katari, Pachacútec; sin olvidar a Hidalgo, Bolivar, Morelos, así como a: Rutilio, Romero, Bartolina Sisa, Tupa’i, Chicão, asesinado en 1998 por un hacendado. Y con ellas y ellos, su sangre derramada… miles y miles de campesinos, indígenas anónimos y mujeres son violadas, asaltadas y continuamente expulsadas de sus tierras y territorios. En las últimas décadas, miles de mujeres nuestras han sido explotadas sexualmente, violadas, vendidas, asesinadas… a las miles de cruces rosas de Tijuana, habría que añadirle otras tantas de toda nuestra geografía india y mártir… Desde la invasión extranjera no se ha dejado de practicar un etnocidio en todos los rincones de Amerindia; muchas de estas situaciones se convierte en ‘Una Tragedia ocultada[37]por quienes deciden qué se informa y qué no.

Con cuando acierto lo ha señalado Dom Pedro Casaldáliga: “La tierra latinoamericana está empapada de sangre indígena, de sangre campesina y de sangre pastoral”.   

Junto al martirio de sus hijas e hijos, está el martirio de nuestra Madre Tierra; árboles y ríos masacrados, especies prácticamente extintas, montañas saqueadas, recursos hídricos y minerales acaparados en complicidad por malos gobiernos; incansables ecocidios en toda la geografía continental.

Si los sucesivos imperios han arrasado con las hijas e hijos de estas tierras, ¿qué no harán con esta amada tierra nuestra? ¿Cuánta sangre indígena más tendremos que derramar?

Katata, Ndiose, Ontana…va como ofrenda la sangre de tantos hermanos y hermanas caídas y caídos (Ofrenda: una foto de Mons. Romero) por defender sus tierras, sus montes y sus lugares sagrados.

 

Nuestra Medicina

Hemos aportado desde siempre nuestra particular manera de medicinarnos, a través de las plantas, hojas, flores y tantos otros elementos que nos regala Pachamama. Desde el antiguo territorio de la Araucanía y hasta la tierra Yaqui, nuestros machi (curanderos y curanderas) han aprendido de sus mayores y de la vida misma, a mantenernos en equilibrio con el monte y los vientos, con lo frío y lo cálido. Innumerables y coloridas plantas con sus flores y frutos nos curan porque tenemos los mismos sustancias vitales o aminoácidos[38] y minerales que nos dan salud y vida. Todos los organismos vivos poseen el mismo alfabeto básico: 20 aminoácidos, convirtiéndonos de ese modo en parientes comunes. Sin embargo, las grandes cadenas farmacéuticas nos siguen robando los principios activos que nuestras abuelas y abuelos conocieron desde antiguo. Además, nuestra medicina es de nosotros y desde nosotros, es endógena, esto es: vive y brota desde nuestras culturas y su entorno (biodiversidad); de la Naturaleza obtenemos los remedios para nuestra salud. Pero también nuestra medicina es comunitaria, no es individualista ni mucho menos está relacionada con el negocio o el lucro. La medicina nuestra es diferente.

Con cuanta sabiduría lo heredaron los abuelos y abuelas Cakchiqueles: “Cuando hicieron al hombre, de tierra lo fabricaron, y lo alimentaron de árboles, lo alimentaron de hojas”[39]. Así lo señalan también los Guarani Kaiowá: “Siempre tuvimos nuestra propia salud. Pero sin la tierra, no tenemos todos los recursos de la naturaleza, que mantuvieron siempre nuestra salud”.

Itanípuca-Ilanguipuca, J’manojel, X’manojela, Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra, dador de la vida y de la gracia, de la fuerza y de la salud, te agradecemos los que haces por nosotros, tus hijas e hijos de estas tierras amerindias. (Ofrenda: medicina natural)

 

Este es nuestro manojo, ¡Florido y Pascual!, nuestra ofrenda como naciones originarias, para seguir transitando de la muerte a la vida, y contribuir así, a la reconstrucción de una Tierra más justa y verdadera; un Mundo que tenga Vida plena y abundante[40], y seguir encaminando nuestros pasos hacia la Loma Santa, la  Suma Kamay.

Pido disculpas y permítanme concluir haciendo un parangón de este momento crucial de la historia que atraviesan nuestros pueblos y naciones originarias con el martirio de San Pionio de Esmirna, acaecido el 12 de marzo del año 250.

Celebrando el aniversario del martirio de San Policarpo, se descargó contra Pionio, Sabina, Asclepíades, Macedonia y Lemo la furia de la persecución. El día de su martirio, muy de madrugada compartieron la oración y gustaron del pan consagrado y del agua. Con sogas al cuello fueron llevadas/os al enardecido foro. Su verdugo una y otra vez los invitaba vociferando a claudicar de su fe, a lo que Pionio responde:

-“El crimen de ustedes es doble: se olvidan de toda humanidad matando a los forasteros y traspasando la ley de la naturaleza… atentando al derecho de la hospitalidad… yo vi aquella tierra calcinada por la violencia… convertida en ceniza, privada de toda humedad y fertilidad. El agua no sirve para alimentar ni recibir a los animales, y arroja de sí al mismo hombre que la recibe… ¡No adoramos a los dioses de ustedes ni veneramos sus imágenes de oro!”.

Muchos de sus oyentes trataban de disuadirlo. A lo cual Pionio respondió:

-“Sí, lo sé, es bueno vivir y gozar de la luz, pero nosotros anhelamos una vida mucho mejor”.

Después de un largo interrogatorio fueron conducidos a las mazmorras, donde entonaron cánticos. Después de larga espera, el mismo día de su martirio, Pionio y sus compañeras/os hicieron una apasionante alocución:

-“Siento como si se me desgarraran las entrañas, al contemplar las perlas preciosas pisoteadas por los puercos, las estrellas del cielo arrasadas hasta la tierra por la cola del dragón, y la viña que la mano del Señor había plantado, destrozada por los jabalíes y saqueada por los viandantes, según les da la gana. Ahora hay hambre y sed, no por escasez de pan ni de agua, sino por la persecución”.

Antes de dictar la sentencia, los verdugos le preguntaron de nuevo:

-¿A qué Dios adoran?

Respondió Pionio:

-“Adoramos al Dios que hizo el cielo y lo tachonó de estrellas; creó la tierra y la adornó con flores y árboles; formó los mares que rodean con sus corrientes la tierra”.

Pionio se quedó como absorto mirando el horizonte.

-¿Por qué miras al aire? Lo increpó con fuerza el verdugo.

“Yo no miro al aire, sino aquel que hizo el aire”.

Fue dictada la sentencia: ¡O claudican de su fe o serán crucificados e incinerados en medio de la hoguera crujiente!

Antes de morir Pionio dijo: -“La causa principal que me lleva a la muerte, es que quiero que todo el pueblo comprenda que hay una resurrección después de la muerte”.

Después levantaron a Pionio y al presbítero Metrodoro, junto con los troncos en los que estaban clavados… sus ojos y sus almas estaban dirigidas al Oriente. La llama cobró fuerza y crepitó entre los ardientes troncos. Antes de expirar, Pionio gritó:

-“¡Señor, recibe mi alma!”[41]  

 

Nuestros pueblos originarios creen, luchan, se organizan y proclaman una vida digna y justa, ¡el Buen Vivir de las abuelas y abuelos!, sin embargo, se ha desatado, desde hace más de cinco siglos, una furiosa persecución contra nuestras naciones originarias, y contra la manera de vivir y estar plantado en esta fecunda Tierra, que ha sido nuestra Madre y Maestra; y desde antaño como hasta hoy, nos hemos topado con la codicia de oro, muerte y devastación de los sucesivos imperios. Más sin embargo nuestros pueblos y naciones originarias, no claudican en su fe en el Dios de la Vida, y pregonan el Buen Vivir para todas y todos, no solo para nuestros pueblos amerindios, sino para toda la sociedad. ¡Pero este Buen Vivir lo queremos para aquí y ahora!, no para el más allá, sino para el más acá, para la historia que estamos viviendo. ¡No queremos tierra para el Cielo!, nuestros pueblos originarios buscan, con pasión y desvelo, que haya ¡Sumak Kawsay/Cielo en la Tierra!... Si la hermana muerte llegase anticipada por la persecución que se nos ha impuesto, ¡No claudicaremos!, ¡nos queda la certeza de la Resurrección!.

Quizá nos parezca un poco tarde, en efecto Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer el futuro. Es tarde, pero es madrugada si insistimos un poco”.

 

Finalmente, pido prestadas las sabias palabras de un amigo[42] maya yucateco, porque creo que bien podemos pronunciarlas todos los pueblos de Abya-Yala:

 

¡TE’ YANO’ONILI’IE! (¡Aquí hemos estado!).

¡TE YANO’ON BEJLAY!. (¡Hoy estamos aquí!).

¡BI’IN ANAKON TE’ELA’! (¡Aquí estaremos!).

 

Jallalla hermanas y hermanos!

-Jallalla!!

 

 

Atilano A. Ceballos Loeza

 

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Maní Yucatán, México, 18 de Octubre de 2013




[1]  Jn. 1, 14 Al hacerse carne, Dios asume un pueblo y una cultura.
[2]  Pensamiento sistémico le llaman los físicos como Capra, Lovelok, entre otros. Señalan que las cosas no están separadas sino que son interdependientes unas de otras.
[3]  Popol Wuj. Sam Colop, pág. 109
[4]  Armando Bartra
[5] En México se acaba de publicar: Escuelas Campesinas: 10 Años en Movimiento. En América Latina está el SOCLA (Sociedad Científica Latinoamericana  de Agroecología), MAELA (Movimiento Agroecológico Latinoamericano y del Caribe), y otras ricas experiencias en Cuba, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, entre otros países.
[6]  Una versión libre de Mt. 11, 25
[7]  Dimensión política de la espiritualidad indígena. CONAPI
[8] Urge de una vez por todas, y en todas sus dimensiones (política, social, religiosa, etc.) superar el antropocentrismo dominante y depredador que todavía impera en nuestras sociedades. Este pensamiento da primacía al androcentrismo o predominio del varón en detrimento de la feminidad.
[9]  Pacto por la autodeterminación Mapuche…
[10]  Hoy también se habla de la Sabiduría de la Naturaleza. “El Punto Crucial”. Fritjof Capra, pág. 214
[11]  Las Bocas del Tiempo. Eduardo Galeano. Siglo XXI
[12]  La Revolución perdida. Ernesto Cardenal, 2ª edición, tomo III. Ediciones Anama 2004.
[13]  Monumenta Catechetica Hispanoamericana. (XVI y XVIII) Tomo I (Siglo XVI). Juan Guillermo Durán. Facultad de Teología de la Universidad Católica de Argentina. 1984
[14]  Hablar de Dios en un Continente de todas las sangres. Gustavo Gutiérrez. 1993
[15]  J’Tatic Samuel Ruíz García, Discurso de clausura del Congreso Teológico 2010, San Cristóbal de las Casas, Chiapas México.
[16]  “En busca de la Tierra sin mal”. Mensaje final. 4° Encuentro Taller de Teología India. Asunción Paraguay, No. 15.
[17]  O Desafio da Missao. CIMI Norte.
[18]  Gn. 11, 1: “Todo el mundo tenía un mismo idioma…”
[19]  Hech. 2, 11 “Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios”
[20]  Situación de los derechos de los pueblos indígenas en el Chaco Sudamericano
[21]  La resonancia Schumann señala que la Tierra se encuentra rodeada por un complejo cinturón electromagnético, fruto de la interacción entre el Sol, la Tierra (sus suelos, magma, etc.) y la parte inferior de la ionósfera, a unos 55 kilómetros y que genera una resonancia o vibración.
[22]  “Se multiplicó la muchedumbre de los hijos de las abejas”. Libro 1 Crónica de los antepasados.
[23]  La Opción Tierra. Leonardo Boff.
[24]  5 Siglos de prohibición del Arco Iris. Eduardo Galeano.
[25]  En la cosmovisión andina, Pachakuti es el retorno a la era de la Tierra Sin Mal.
[26]  Carta a los Obispos de Brasil. Don José María Pires. Don Tomás Balduino y Dom Pedro Casaldáliga. 15 de Ago. 2013 “En nuestros países, es preciso tener la libertad de des-occidentalizar el lenguaje de la fe y de la liturgia latina, no para crear una Iglesia diferente, sino para enriquecer la catolicidad eclesial”.
[27]  El Evangelio se inculturizó en la persona de Jesús, pero los evangelizadores aún tenemos miedo a asumir la inculturización.
[28]  No se debe de confundir con la expulsión de las comunidades indígenas de sus mejores tierras y verse obligados a vivir en zonas de riesgo. Esto hay que seguir denunciándolo.
[29]  El Punto Crucial. Fritjof Capra, pág. 218
[30]  “El Agua nuestra de cada día”. Carta Pastoral de Luis Infanti de la Mora, Obispo de Aysén, Chile.
[31] En México se la llama ‘La Bestia’ al tren que los emigrantes de Centroamérica abordan en la frontera sur del país, en el cual muchos han encontrado la muerte.
[32] La física cuántica que ha desarrollado el pensamiento sistémico, también ha reconocido las intuiciones de los pueblos milenarios sobre la interrelación e interdependencia de toda forma de vida. 
[33]  Discurso de José “Pepe” Mújica, Presidente de Uruguay en la ONU, 24 de Sep. de 2013
[34]  Tres diferentes sistemas económicos. Margot Bremer. CONAPI. Paraguay
[35]  La Idolatría del Mercado. Juan Manuel Hurtado.
[36]  Tres diferentes sistemas económicos. Margot Bremer. CONAPI, Paraguay. Interesante comentario a Lc. 15, 11-32 sobre la administración de la casa.
[37]  Así titula Miguel Ángel Cabodevilla su último libro en el que denuncia la matanza de 20 miembros del pueblo nómada de Tagaeri y Taromenani que se caracterizan por su bravura por defender su tierra y territorio, el pasado 30 de marzo del presente año.
[38]  Son sustancias que constituyen las proteínas, compuestos nitrogenados que son el fundamento mismo de la vida. De los 20 aminoácidos proteínicos, 8 son esenciales para la vida humana. Son como los "ladrillos" con los cuales el organismo reconstituye permanentemente sus proteínas específicas consumidas por la sola acción de vivir.
[39]  La Creación según el memorial de Sololá, Guatemala.
[40]  Jn. 10, 10
[41] Actas de los Mártires. Ediciones Paulinas. Caracas Venezuela. 1987, Págs. 109 a 137. Estas cosas sucedieron bajo el procónsul Julio Proclo Quintiliano; siendo cónsules el emperador Cayo Mesio Quinto Trajano Decio y Vitio Grato.
[42]  Discurso de la fundación de la ciudad de Mérida. José Huchín. Enero 2011

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