La fuerza de los mitos
ancestrales
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Los mitos y las tradiciones antiguas dan vida y fuerza a los pueblos
indígenas, dicen en el segundo día del VII Encuentro Continental de Teología
India.
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No hay contradicción entre el evangelio de Jesucristo y la sabiduría de
los pueblos originarios de América Latina, afirman.
¿De dónde viene la
fuerza de la resistencia de los pueblos indígenas? ¿Cómo han podido, durante
más de 500 años, conservar su integridad y su energía? El secreto de la
permanencia, de la generosidad y esperanza incólume de estos pueblos se
encuentra en el espíritu que los mueve, en las palabras de sus mayores, en los
mitos de sus antepasados.
Por eso el segundo
día del VII Encuentro Continental de Teología India ha sido dedicado a la
reflexión sobre los relatos, mitos y tradiciones que sostienen la esperanza de
los pueblos. Desde muy temprano, los más de trescientos participantes en el
Encuentro, después de la oración preparada por la región mesoamericana y de
haber ofrecido a Dios, corazón del cielo y corazón de la tierra, los trabajos
del día, se reunieron por regiones para beber del pozo de la sabiduría de sus
antepasados.
Estuvieron orientados
por dos indicaciones: compartir los mitos, relatos e historias que expresen la
memoria y el contenido del buen vivir en sus pueblos y explicar cómo los mitos,
los relatos, la memoria histórica ancestral y los textos bíblicos los ayudan a
interpretar la realidad analizada.
Los relatos míticos
o relatos de origen son una constante en todos los pueblos de la tierra.
Intentan dar respuesta a algunas de las preguntas fundamentales que los pueblos
se hacen: quiénes somos, de dónde venimos, por qué hay enfermedad, como vivir
la vida, cómo alcanzar sabiduría… En el caso de la segunda jornada del VII
Encuentro Continental de Teología India la insistencia fue que los
participantes se hundieran en el pozo de sabiduría ancestral de sus pueblos
para encontrar mitos que fundamentaran o expresaran la manera como cada una de
las culturas participantes entiende el buen vivir.
La cosecha fue
abundante. Cada región participante tuvo que elegir entre muchos mitos que
fueron puestos en común en los grupos. A la hora del plenario, los mitos se
compartieron con toda la asamblea de manera creativa. La región del Cono Sur
presentó la tradición que rodea la muerte de un Lenko, o dirigente principal de
los mapuches. La región de la Amazonía compartió y representó el mito del
pueblo Mepengocré, del Paraguay, sobre una familia de tigres y gatos que se
cuidan entre ellos. La región andina compartió el recuerdo histórico de Tupac
Amaru y el mito de Mama Nina, una anciana que velaba por sus nietos huérfanos y
que supo conjuntar todas las fuerzas de la naturaleza para vencer a un
extranjero acaparador. La región Caribe representó el mito de la hormiga
Maraisa propio de los guaraos, un pueblo que vive a las orillas del Orinoco, en
Venezuela. La delegación de la Confederación Latinoamericana de Iglesias (CLAI)
presentó el mito de la creación del ser humano a partir de maíces de diferentes
colores, tal como se conserva en Imbabura y Saraburu, como signo de la
bendición de la diversidad. Finalmente, la región centroamericana representó el
mito tseltal de Manujel, el pobrecito caminante que hace el bien y recibe
persecución debido a su actuar.
Las reflexiones que
fueron surgiendo en la interpretación de los mitos enriquecieron a los más de
trescientos participantes al Encuentro. Los relatos antiguos compartidos fueron
testimonios concretos de cómo los pueblos indígenas han sabido conservar su identidad
y cómo, desde las entrañas mismas de la sabiduría indígena, se vislumbra un
proyecto de buen vivir que implica respeto de las diversidades, tenacidad en la
lucha por el bien, ánimo en medio de las dificultades, serenidad para enfrentar
las amenazas y necesidad de trabajo y entrega para que el buen vivir pase de la
utopía al diario vivir de los pueblos.
Para cerrar el día
vino la palabra iluminadora de los asesores. El teólogo evangélico zapoteca,
Lázaro Gómez, comentó el sentido del tiempo en las culturas indígenas y animó a
los participantes a vivir en un hoy transformador. El biblista Raúl Lugo
compartió algunas características del Reino de Dios en los evangelios que
aparecen en admirable sintonía con las más antiguas tradiciones indígenas.
Finalizó la jornada
con una cena festival que cada parroquia anfitriona ofreció a sus huéspedes.
Con alegría los participantes del Encuentro, cada grupo en la parroquia donde
fueron hospedados, compartieron el pan y la fiesta con las familias que
generosamente los recibieron como huéspedes.
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